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El mirar cuidadosamente el cuerpo y el interior de un pollo que ha muerto por causas desconocidas puede ayudar a identificar las razones. Las aves que estén muy enfermas y sin esperanza alguna de recuperación, deben ser eliminadas usando métodos aprobados localmente, o dislocando sus pescuezos.
Cuando se sacrifiquen pollos saludables, resultará muy útil el examinar las partes internas y externas de la mayor cantidad posible de los mismos. Tome nota de la posición, el tamaño, el color y la textura de todos los órganos internos. Entonces, cuando usted esté trabajando con un ave enferma, estará mucho mejor preparado para identificar anormalidades.
Este manual no intentará brindarle instrucciones en cuanto a cómo diagnosticar la mayoría de las enfermedades - ésto se logra mejor con publicaciones especiales con ilustraciones a todo color -pero hay ciertas señales que usted debe buscar.
Melando la gallina. Estire el cuello y tuérzalo hacia atrás alrededor del dedo pulgar.
Examine al ave muerta tan pronto como sea posible, antes de que las condiciones del cuerpo cambien. Tome notas a medida que trabaja. Esto ayudará a los veterinarios o técnicos de laboratorio, si están disponibles, a identificar el problema. Lo mejor sería que usted llevase o le enviase al veterinario o laboratorio unas cuantas aves enfermas pero que aún estén vivas, para propósitos de diagnóstico. Sin embargo, ésto resulta muy poco práctico.
En un exàmen post mortem, examine primero el exterior del ave. Busque piojos o ácaros, particularmente alrededor del orificio, que puedan haber causado la muerte. Partes descoloridas en la cabeza, como la cresta y las carnosidades, son índice de varias enfermedades. Estire el pescuezo, hale la lengua y examine la garganta y el tubo de aire para buscar nódulos con apariencia de queso (crecimientos), señales de viruela. Examine las aberturas nasales en búsqueda de olores a pudrición, Si las patas se sienten ásperas, escamosas e hinchadas, pueden indicar la presencia de piojos. Busque hinchazón en las patas y uniones de las alas y busque también exceso de grasa abdominal. También busque manchas obscurecidas que pueden ser resultado de picadas de escorpión.
Abra el ave cuidadosamente. Con un cuchillo o con tijeras, corte por el lado de la boca y el esófago. Busque lesiones (áreas lastimadas) de viruela, hongos, excesos de sangre o mucosidades, y otras anormalidades y materia extraña y nódulos. Rasgue la laringe y la tráquea, buscando excesos de mucosidades, inflamaciones, sangre y materias cremosas.
Para mirar dentro del ave, primero rasgue la piel sobre las uniones de las caderas y descoyúntelas para que el cuerpo quede plano. Agujere y corte la piel desde justamente debajo del punto del esternón hasta la cabeza. Hale la piel hacia los lados para revelar la pechuga. Con tijeras gruesas, corte a través de los huesos fuertes y de las costillas en ambos lados de la quilla (parte del centro del esternón), y quite los músculos de la quilla y la pechuga. Haga ésto con mucho cuidado para no dañar los órganos internos. Examine buscando líquidos en la cavidad del cuerpo. En las hembras, examine la cavidad corporal para buscar yemas rotas (un líquido negro aparecerá si la yema rota ha estado en el cuerpo por un tiempo.)
Rasgue el buche, quite la comida (note si algo huele agrio), y examine por dentro para ver si hay gusanos, hongos y otros problemas. Examine el hígado, notando su color (marrón obscuro es normal), y mirando a ver si hay lesiones o nódulos (los suaves pueden indicar leukosis). Examine el corazón en busca de lesiones, hemorragias en la grasa, y materia cremosa o líquido en el interior. Examine el bazo y los bronquios en busca de lesiones y nódulos. Tome nota del color y la textura de los pulmones (normalmente de color rojo y esponjosos, y flotarán en el agua). Busque líquidos (pulmonía), tumores, nódulos, y congestión (rojo obscuro, se hundirán en el agua).
Remueva los intestinos y busque tumores, nódulos o hemorragias. Rasgue los intestinos para ver si hay lombrices y otros problemas. Si hay paredes intestinales gruesas, ésto puede indicar la presencia de lombrices microscópicas o de coccidiosis. También busque sangre, inflamación y exceso de mucosidad. Si encuentra sangre en la ceca, mire a ver si hay materia cremosa, cicatrices en la parte interior y si hay lombrices cecales.
Abra el proventículo (estómago verdadero, localizado en la unión del esófago y la molleja), buscando hemorragias, lombrices o inflamación. Rasgue la molleja a ver si hay erosión. La erosión en la molleja resulta a menudo por una deficiencia en la nutrición y se indica cuando se ven úlceras o pellejos salidos en la molleja. Examine los riñones en busca de uratos (material blanco) en los pasajes internos. Examine los nervios braquiales - si están hinchados, pueden indicar leukosis. Note el tamaño y el color de la hiel (de color verde por lo regular). En las ponedoras, examine el ovario y el oviducto par buscar excesos de grasa y roturas que puedan acarrear las yemas hasta dentro de otras áreas del cuerpo.