29. Silvicultura

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Contenido

1. Descripción del ámbito de actividad

1.1 Descripción general
1.2 Descripción de los subsectores
1.2.1 Producción/planificación biológica
1.2.2 Implantación de rodales
1.2.3 Uso de los rodales
1.2.4 Técnica de la cosecha forestal

2. Impacto ambiental y medidas de protección

2.1 Impacto ambiental típico del sector
2.2 Estrategias de protección del medio ambiente típicas del sector

3. Análisis y evaluación de impacto ambiental. Fuentes de referencia

4. Relación con otros ámbitos de actividad

4.1 Complementariedad
4.2 Entorno social

5. Evaluación sinóptica de la relevancia ambiental

6. Bibliografía

Glosario de algunos conceptos seleccionados

 

1. Descripción del ámbito de actividad

1.1 Descripción general

La silvicultura se define en general como el uso de bosques con el fin de satisfacer necesidades humanas. Son característicos los periodos de producción extremadamente largos, que abarcan varias décadas, y en el caso de la producción maderera, la identidad de producto e insumos. La producción de madera útil y la rentabilidad del capital como criterios del éxito para la mayoría de los propietarios estatales de bosques (véase REPETTO) no resultan apropiadas para buscar soluciones integradas a los problemas, en vista de las condiciones generales socioeconómicas.

En el sector forestal corresponde hoy ciertamente la máxima importancia a los aspectos de la protección de especies y biotopos así como a la conservación del hábitat humano. Como en apenas ningún otro sector, los "límites del crecimiento" se ponen especialmente de relieve contemplando el ejemplo de la destrucción global de los bosques. Las repercusiones ya no están limitadas regionalmente, sino que son de naturaleza global e interrelacionada, ya que los bosques, junto a los mares, son los más importantes biorreguladores terrestres de los ciclos globales de sustancias y del clima.

Los bosques tropicales se ven particularmente afectados. Cada año sufren tala total o degradación unos 20 millones de hectáreas (p. ej. ENQUETE). Los bosques húmedos tropicales cubren sólo un 6 % de la superficie de la Tierra aproximadamente, a pesar de lo cual constituyen el hábitat de más de la mitad de todas las especies de animales y plantas así como de millones de personas.

Las formas, las causas y las consecuencias de la destrucción de los bosques son muy diversas. Pero la explotación y la conversión de recursos forestales en aras de intereses económicos e individuales orientados a corto plazo puede considerarse la causa principal de la destrucción de los bosques a nivel mundial. La consecuencia de esta forma de gestión es la degradación y la pérdida de espacios vitales para el ser humano.

Esto plantea básicamente nuevas exigencias en cuanto a organismos ejecutores, magnitud de los proyectos y ubicación de los mismos. Por lo tanto resultan irrenunciables enfoques holísticos, con integración de los sectores vecinos al área forestal (CARILLO y otros).

1.2 Descripción de los subsectores

El período de producción así como la generación de bienes materiales y de prestaciones inmateriales diferencian el sector forestal de todas las demás áreas de la economía nacional. Esto exige formas especiales de producción biológica. Se distinguen cuatro subsectores: planificación, implantación y uso de rodales así como cosecha de los productos. En caso dado se hará referencia a las particularidades de la silvicultura tropical.

1.2.1 Producción/planificación biológica

La producción biológica se controla en el sector forestal a través de los diversos métodos propios de la silvicultura así como de la agro-silvicultura y de la gestión colectiva. El fin perseguido por estos métodos es lograr los objetivos de explotación fijados por regla general a la planificación, como son la producción y la protección, o bien una combinación de ambos elementos a través de la dirección del potencial de producción propio del lugar.

La planificación, la implantación y el uso de rodales se distinguen como subsectores de la producción biológica.

La base de la planificación forestal son inventarios (p. ej. ZOEHRER), que dirigen la gestión forestal a lo largo de periodos de, generalmente, 10 años. Además de elementos estáticos como la reserva maderera, especialmente en los bosques húmedos tropicales han de registrarse también elementos dinámicos y estructurales como son el crecimiento y la distribución horizontal y vertical de especies y diámetros. De otro modo no está garantizada la persistencia de la regulación de la producción.

Además de la medición de parámetros cuantitativos de los rodales, una gestión multifuncional de los bosques exige también una cartografía completa de los lugares (p. ej. DENGLER, MAYER, WENGER) con la que se determinen los factores geo-ecológicos separadamente para cada rodal.

La combinación de inventarios periódicos ("continuosous forest inventory"), cartografía de los lugares y especificaciones de planificación se denomina ordenamiento forestal, cuya especificaciones de planificación se recogen en planes de gestión ("forest management plans"). La unidad de gestión y contabilización es la sección. La división territorial en secciones debería reflejar las diferencias topográficas e hidrológicas entre rodales. Formas geométricas simples son convenientes sólo en casos excepcionales en las plantaciones de tierras llanas. En los bosques húmedos tropicales heterogéneos, la división de los bosques puede extenderse a cuencas hidrográficas ("sub-catchments").

Basándose en el ordenamiento forestal y en análisis económicos se planifican los distintos objetivos operativos, separadamente para cada sección. Además de los índices económicos clásicos como son los réditos internos, puede recurrirse también a análisis de efectividad de costos (véase FAEHSER, WENGER) para evaluar la conveniencia de objetivos de operación alternativos.

El funcionamiento y la estructura de los recursos forestales varían según la intensidad de uso y la zona geo-ecológica (MUELLER-HOHENSTEIN). Los conceptos de gestión tienen que adaptarse a las características del respectivo tipo de recursos como pueden ser montes altos y bajos, sabanas, manglares y sistemas agroforestales o reservas colectivas. Los factores mínimos de superficie forestal, agua, nutrientes y luz condicionados por el lugar marcan unos límites estrechos a la optimización microeconómica de las empresas forestales.

Los diferentes tipos de recursos están estrechamente interrelacionados, y pueden complementarse entre sí funcionalmente. De estas interrelaciones resulta la necesidad de una planificación integrada e interrelacionada. Los montes altos ricos en especies, de estructura estratificada, pueden cumplir óptimamente, tanto si son de origen primario como secundario, las funciones de protección y utilidad interrelacionadas en el tiempo y en el espacio. Las plantaciones de madera útil pueden reducir la presión demográfica ejercida sobre los bosques naturales, siempre y cuando la población participe en la gestión de las plantaciones.

1.2.2 Implantación de rodales

Los bosques se regeneran artificial o naturalmente al final de sus periodos de turno o en caso de sobre-envejecimiento.

· Plantación

Las formas artificiales de implantación de rodales abarcan la forestación clásica en superficies libres (EVANS, GOOR), la plantación bajo dosel para mejorar espacios incompletos en regeneraciones naturales, o acumulaciones en bosques explotados en exceso (LAMPRECHT). La forma del tratamiento del suelo y la técnica de plantación dependen de la selección de especies arbóreas, de la fertilidad de los suelos, del régimen hídrico y del estado de las superficies. La broza y la flora posterior a una corta pueden acumularse en montones o quemarse, si a esto no se oponen factores de pérdidas de nutrientes y de erosión del suelo.

Las técnicas de plantación van desde la plantación en hoyos en suelos desnudos y profundos, pasando por la plantación en cubetas ("micro catchments") en zonas secas y en lugares con ligera pendiente, hasta llegar a la formación de terrazas en las laderas empinadas de la alta montaña. En suelos lateríticos incrustados es usual el roturado del suelo.

Independientemente de las técnicas aplicadas en cada caso, con la regeneración artificial se originan formas de bosques de estructura simple, con ciclos de sustancias abiertos en su mayor parte. La selección de especies arbóreas se limita generalmente a especies madereras pioneras, de fuerte crecimiento y de gran poder competitivo. El grado de mezclas y el número de especies se mantienen a un bajo nivel por motivos de facilidad de manipulación. La amenaza biótica y abiótica de tales plantaciones aumenta por una parte al incrementarse la aridez (escasez de agua, fuego), y por otra parte al disminuir la fertilidad de los suelos, especialmente en los trópicos húmedos interiores y sobre substratos geológicamente antiguos. En lugares marginales, la pobreza relativa de especies está condicionada por la propia naturaleza.

Son frecuentes medidas de protección contra fuego, tormentas y tempestades, stress hídrico, carencia de nutrientes y enfermedades (para cuestiones relativas al control biológico de plagas, véase p. ej. FRANZl). La quema controlada de horizontes superficiales orgánicos ("prescribed burning") es una forma especial de la gestión de plantaciones en zonas secas, estando destinada a eliminar capas orgánicas fácilmente inflamables (BROWN, GOLDAMMER). La protección del suelo y de las aguas fija unos límites muy estrechos a esta técnica.

El material de plantación para forestaciones artificiales se produce en viveros. Los viveros suelen estar dedicados al cultivo de plantas producidas generativamente por semillas. Las formas vegetativas del cultivo de plantas como son la plantación de estacas, los cultivos de tejidos o la producción de simientes en plantaciones semilleras requieren frecuentemente mucho capital, y por regla general sólo pueden ponerse en práctica en forma centralizada y con organismos ejecutores cualificados (p. ej. KRÜSSMANN). Al respecto debe quedar asegurado que las consecuencias de un empobrecimiento genético puedan ser dominadas por la correspondiente estrategia silvicultural. El consumo y el uso de los insumos usuales en los viveros o vergeles (terrenos, semillas, fertilizantes, substrato, agua, plaguicidas, transporte) dependen de las especificaciones de las empresas forestales (planificación de los tipos de objetivos de operación) y de la técnica de multiplicación aplicada. El alto consumo de substrato en el caso de la producción de plantas en macetas o contenedores exige una planificación logística esmerada.

Para programas de bosque natural pueden tomarse en consideración viveros pequeños temporales cercanos a los rodales, ya que las proveniencias y las especies vegetales necesarias para estos objetivos de operación pueden generarse óptimamente en forma descentralizada. Los programas de forestación regionales pueden abastecerse a través de grandes viveros centralizados.

· Regeneración natural

La dinámica del crecimiento, la fenología y el respeto del ordenamiento espacial son criterios para la selección de la técnica de regeneración natural (ASSMANN, GOLLEY, DENGLER, LEIBUNGUT, MAYER, WEIDELT, WHITEMORE). En general se distingue entre métodos del monte alto por secciones, con técnicas de corta de aclareo sucesivo y por linderos, así como el tratamiento por entresaca selectiva para rodales ricos en especies y de edades desiguales. Exigencias especiales en cuanto a la protección de especies y del suelo plantean los sistemas de conversión en los bosques húmedos tropicales (LAMPRECHT) y la gestión de bosques de las zonas altas (MAYER).

Característicos de todos los métodos son una determinada secuencia y un determinado número de cortas individuales a lo largo de periodos prolongados, con preservación de los rodales secundarios. Típicamente, el suelo está apenas descubierto durante el proceso de regeneración. El tratamiento del suelo se suele limitar a la preparación de la cama germinadora, por ejemplo con cultivadoras o gradas. Para la regeneración de pirofitas puede ser necesaria la quema ordenada ("prescribed burning", véase Plantación).

Independientemente de los métodos aplicados, en el caso ideal se establecen horizontal y verticalmente rodales más o menos heterogéneos, ricos en especies y de varios estratos, con ciclos de sustancias cortocircuitados. La estabilidad frente a factores dañinos es alta, mientras que la necesidad de medidas de protección y de cultivo artificial de plantas es escasa

1.2.3 Uso de los rodales

En general se distingue entre:

- silvicultura clásica para la generación de funciones madereras y de protección (p. ej. DENGLER, LAMPRECHT, MAYER);

- la agrosilvicultura para la generación integrada de productos agrícolas y forestales (p. ej. ICRAF) y la

- gestión colectiva, generalmente en combinación con productos no madereros (p. ej. DE BEER).

Independientemente de la clase de uso, el control de las condiciones generales económicas (p. ej. McNEELEY) y de política demográfica son una premisa imprescindible para evitar usos excesivos. El cuidado del bosque es una premisa de técnica forestal sin la cual no pueden garantizarse las múltiples posibilidades de uso de los recursos forestales ("multiple use forestry").

· Gestión del bosque

Por regla general se distinguen tres formas de operación (p. ej. DENGLER, MAYER):

- monte alto a partir de regeneración natural o artificial, con las formas de operación de bosque por secciones (según edades) y bosque multietáneo (tratado por entresaca selectiva)
- monte medio, a partir de renuevos de cepa y plantación
- monte bajo a partir de renuevos de cepa.

Los bosques bajo y medio se someten generalmente a corta total en turnos cortos. Resultan muy apropiados para la producción de leña y de otras dimensiones reducidas destinadas al abastecimiento de los mercados locales, siempre y cuando se apliquen las respectivas medidas de protección como regulación del pastoreo en el bosque, formación de terrazas o cultivo de procedencias adecuadas al lugar. Los criterios de gestión se orientan a datos técnico-económicos como son los diámetros y la reserva de madera.

En el caso de la gestión del monte alto se distingue entre los aprovechamientos finales en la regeneración de un rodal y los aprovechamientos intermedios durante el cuidado del bosque. Por los largos turnos y por las medidas culturales periódicas, los montes altos resultan muy apropiados para cumplir objetivos multifuncionales como la producción de madera de valor y el aseguramiento de los efectos benéficos.

El fin del cuidado del bosque es la formación de rodales estables a través del control de las fases de desarrollo de un rodal (p. ej. MAYER). Los criterios de gestión son de naturaleza silvicultural - dasológica, contando entre ellos el área basal, el número de troncos, la distribución de especies y diámetros o el diámetro objetivo. Independientemente de la fase respectiva, el control del factor mínimo luz es un elemento característico del cuidado del bosque (p. ej. BAUMGARTNER en MAYER).

Generalizando puede distinguirse entre cuidado del arbolado nuevo ("pre-commercial thinning") y clara o raleo ("commercial thinnings"). Se distinguen métodos químicos y mecánicos, de los que los últimos pueden ser manuales o mecanizados. Los métodos químicos sólo pueden dominarse si es posible la aplicación puntual de sustancias activas no persistentes. Los métodos sistemáticos como los raleos en líneas son usuales en plantaciones monotípicas, y sólo pueden considerarse no problemáticos en lugares particularmente apropiados (por la erosión del suelo).

Los métodos selectivos, denominados raleo selectivo (p. ej. MAYER) o "timber stand improvement" (WEIDELT, WENGER, WOELL), son los más efectivos desde el punto de vista dasológico y ecológico. Característica es la regulación del espacio de crecimiento de árboles padres seleccionados por corta de árboles vecinos competidores. La regulación del espacio de crecimiento de los árboles, el aprovechamiento intermedio y el aprovechamiento final, así como la regeneración, pueden combinarse en bosques multietáneos. Ello sólo es posible en plantaciones artificiales si se ha adaptado entre sí la tolerancia a la sombra de al menos dos especies arbóreas.

Los bosques húmedos tropicales plantean exigencias especiales a la producción de madera (p. ej. LAMPRECHT; WEIDELT; WHITEMORE 1984). Debido a la variedad de especies, a la estructura en mosaico horizontal, a la estratificación vertical, al régimen de nutrientes (véase el apartado 4) y a la dinámica del crecimiento gobernada por fases, suelen resultar particularmente apropiados los métodos selectivos. Simplificando pueden distinguirse cuatro fases de desarrollo, enlazadas cíclicamente entre sí (WHITEMORE, 1978): fase terminal - fase de claros/bosquetes - fase de estructuración - fase de madurez/clímax. La regeneración del bosque y la recolección de la madera tienen que adaptarse a esta dinámica del crecimiento.

En principio, incluso la recolección de madera en bosques primarios, con especies arbóreas de fructificación irregular y con una distribución no homogénea de los diámetros, puede resultar admisible si únicamente se extraen, mediante métodos de recolección altamente móviles (véase 2.2.1), árboles aislados moribundos del rodal principal, una vez se ha producido la fructificación ("mortality pre-emption", SEYDACK 1990). En rodales formados por especies arbóreas con una distribución homogénea de los diámetros pueden cortarse árboles por bosquetes en lugares fértiles y resistentes a la erosión. En el caso de rodales de características homogéneas, como los que se dan por ejemplo en muchos bosques naturales de coníferas tropicales, son admisibles también métodos menos selectivos. Sin embargo, la recolección de especies madereras no aprovechadas hasta el momento ("lesser-known species") sólo puede calificarse de no problemática si el balance de nutrientes (véase el apartado 3) permanece equilibrado y si se conoce la biología de la reproducción de estas especies arbóreas.

La gestión de formas especiales de la vegetación forestal tropical, como son los bosques de galería, la sabanas o los manglares no puede tratarse en el marco de este capítulo (véase, CHAPMAN, GOLLEY y otros, 1978).

· Agro-silvicultura

La creciente presión demográfica difumina los límites entre el uso agrícola y el uso forestal de las tierras, especialmente en los trópicos húmedos. En la zona marginal limítrofe, con zonas boscosas intactas, es muy frecuente que la demanda de alimentos y madera y leña de la población sólo pueda ser cubierta por explotaciones mixtas agrícolas y forestales. Las explotaciones mixtas agro-forestales presentan una mayor estabilidad ecológica que las puramente agrícolas, y en muchos lugares sólo ellas hacen posible una operación permanente y a largo plazo (p. ej. JORDAN).

Si bien faltan definiciones de validez general, partiendo de consideraciones prácticas pueden distinguirse los sistemas agro-forestales, silvo-pastorales y agro-silvo-pastorales.

El entrelazamiento en el tiempo y en el espacio de los elementos agrícolas y forestales (p. ej. ICRAF) está en función del nivel de conocimientos, de las disponibilidades de agua, de la fertilidad de los suelos y del mercado. En áreas marginales lejanas a los mercados sólo pueden ponerse en práctica generalmente formas simples como por ejemplo la gestión alternante de bosques y campos, denominada roza por fuego o "shifting cultivation", o bien el pastoreo en las sabanas (PRATT).

· Gestión colectiva

Para muchos bosques húmedos tropicales, geológicamente antiguos, la gestión colectiva de productos no madereros, es decir, los así llamados usos accesorios, suele ser la única forma de aprovechamiento persistente. Esto afecta particularmente a las zonas centro-amazónicas, extremadamente pobres en nutrientes, donde el balance de nutrientes resulta negativo si se practican formas intensivas de producción de madera de troncos. En el Sudeste Asiático, por ejemplo, el valor de producción de los aprovechamientos de subproductos supera en muchos lugares al de la madera (DE BEER). Debido a la gran variedad de productos no madereros tropicales, no es posible describir la gestión colectiva de modo diferenciado por regiones en el marco de este capítulo.

1.2.4 Técnica de la cosecha forestal

Los bosques y los árboles generan un gran número de productos importantes para el ser humano: madera útil, productos farmacéuticos, especias, resinas, roten, alimentos o materias curtientes. Cada uno de estos productos exige una técnica de recolección a la medida (CAPREZ, STAAF, DE BEER).

· Madera

La recolección de la madera es el apartado más intensivo en cuanto a capital y daños del sector forestal: debido al delicado régimen de nutrientes, en muchos lugares de los bosques tropicales húmedos, con substratos geológicamente antiguos, no es posible recolectar la madera. La planificación y la realización de medidas recolectoras de madera tienen que basarse, en consecuencia, por igual en criterios económicos y ecológicos. El objetivo principal de toda medida de recolección de madera es minimizar los daños originados al suelo y a los rodales. La selección de métodos se orienta esencialmente por los siguientes criterios:

- objetivo operativo (derechos de uso, bosque de protección, bosque de aprovechamiento económico)
- estado del arbolado (número de troncos, estructura, dinámica de nutrientes)
- forma de corta (aprovechamiento intermedio, aprovechamiento final, surtidos de madera)
- topografía y suelos (distancias de saca, erosión del suelo)
- infraestructura (densidad de colonización, costos de la construcción).

En la técnica operativa, la corta se considera separada de la saca del tronco talado. Exceptuando las máquinas de recolección móviles, utilizadas ante todo en zonas no tropicales, en los trópicos los árboles se cortan a mano (con hacha, sierra de mano o motosierra). Factores decisivos para los resultados son el nivel de formación y la remuneración de los trabajadores forestales, así como la organización del trabajo en el lugar de la corta. Características principales de los métodos de recolección de madera conservadores de los recursos naturales son:

- la identificación de los rodales antes de la corta (inventario)
- la corta dirigida
- la marcación o labra de la madera cortada en el lugar de la tala, antes de la saca.

En la manipulación de los troncos se diferencia, en cuanto a organización, entre la saca de la madera en el rodal y el transporte de la misma a larga distancia (por carretera, ferrocarril o cursos de agua), en cuanto a técnica, entre procedimientos manuales, con animales o mecanizados, y en cuanto a métodos, entre la manipulación de árboles completos y de troncos. Los daños originados a los rodales aumentan, en forma condicionada por el sistema, según aumentan la potencia de los motores, la intensidad del uso, la inclinación de las laderas y el grado de accesibilidad así como la longitud de los troncos y el grado de arrastre de la madera por el suelo. Compactaciones del suelo, erosión en surcos a lo largo de las rodadas dejadas por los vehículos, destrucción de la flora del suelo del bosque y de los rodales secundarios, lesiones en las costillas basales y en las raíces del rodal restante son las consecuencias de unos métodos de saca no apropiados. En general, los métodos de saca más importantes son los siguientes, en el orden de su potencial de daños:

- métodos vinculados al suelo

· trenes elevadores y de arrastre para cortas totales, aprovechamientos finales, distancias de saca entre medias y largas, en tierras llanas y hasta alta montaña
· tractores forestales de ruedas y orugas para cortas totales, aprovechamientos finales e intermedios, distancias de sacas entre cortas y medias, zonas de colinas
· animales (caballos, bueyes, búfalos acuáticos, etc.) para aprovechamientos intermedios, madera de pequeño calibre, distancias cortas, tierras llanas

- métodos vinculados a la fuerza de la gravedad

· balseado libre manual para aprovechamientos intermedios y finales, distancias cortas, alta montaña
· deslizaderos de madera, generalmente para aprovechamientos finales, largas distancias, alta montaña

- métodos vinculados al aire

· cabrestantes con trineos para aprovechamientos intermedios y finales en alta montaña
· grúas de cables para aplicaciones universales
· helicópteros para la saca universal de madera de valor.

En los bosques húmedos tropicales, con su estructura en mosaico, la recolección de madera sólo resulta conservadora de los recursos naturales si los métodos aplicados tienen en cuenta las condiciones de la recolección de troncos aislados en bosquetes a través de la debida movilidad, de la saca de la madera sin tocar el suelo y de una reducida densidad de la red de vías y caminos (HODGSON). Las formas homogéneas de los rodales en las tierras llanas permiten aplicar métodos menos costosos y complejos. Los procedimientos de manipulación de árboles completos sólo resultan admisibles en lugares de las tierras llanas ricos en nutrientes y estables frente a la erosión.

Tras la corta y la saca, la madera se almacena a corto plazo en el bosque, al borde de los caminos, hasta su transporte por los compradores. Por esta razón, en general no es necesario proteger estos puntos de almacenamiento. En casos excepcionales, y después de catástrofes, puede hacerse necesario el almacenamiento de grandes cantidades de madera durante un tiempo prolongado en cargaderos preparados especialmente a tal fin. En tales casos es necesario tomar medidas dirigidas a limitar la demanda de superficie, el uso de plaguicidas y la eliminación de los residuos de la corteza.

Estudios de tiempos, análisis de daños originados al bosque y criterios económicos sirven de base para la selección de las diversas alternativas. Junto a los instrumentos económicos clásicos de valoración, como son los análisis de costos y beneficios, deberían aplicarse también análisis de rentabilidad o eficiencia de los costos (p. ej. WENGER). Es decisivo que tales análisis estén referidos a todo el tiempo del turno (período de producción), no limitándose únicamente a cada acción aislada.

Un efecto inmediato de la recolección de la madera, relevante para el medio ambiente, lo constituye la colonización de zonas forestales, que hace posible usos ulteriores. Además de la elección de los métodos de recolección de madera de orientación ecológica, una administración forestal eficiente, con componentes de actividad policial (vigilancia de las exclusiones de uso), es una condición primordial para conseguir que los rodales sufran los menores daños posibles.

· Productos no madereros

Las repercusiones de la recolección de productos no madereros no pueden describirse aquí con detalle debido a su gran variedad. Es imprescindible la incorporación de los conocimientos disponibles a nivel local.

Básicamente tienen que distinguirse los productos destinados a cubrir la demanda propia de aquellos destinados a la comercialización, ya que en general la cobertura de las necesidades de subsistencia no suele entrañar el riesgo de un uso excesivo. La recolección de productos de los árboles como resina, corteza o lianas, como por ejemplo el roten, exige unas medidas de protección especiales, ya que el medio de producción o sostén que es el árbol puede sufrir daños persistentes. Menos intensiva en cuanto a gestión es la recolección de "productos no arbóreos" como la fruta o la caza, cuando está destinada al autoabastecimiento.

2. Impacto ambiental y medidas de protección

2.1 Impacto ambiental típico del sector

Los bosques son, en cuanto a superficie, los ecosistemas terrestres más importantes de la Tierra. Desde la "invención" de la agricultura, hace unos 10000 años, su extensión ha ido disminuyendo continuamente por fragmentación y degradación hasta pasar a ser menos de una tercera parte de la superficie terrestre habitable, lo que equivale a unos 42 millones de km² (STARKE). Dado que las funciones de protección de los bosques sólo pueden cumplirse en grandes superficies, el hábitat humano se ve amenzado regionalmente. En el marco de este capítulo se distinguen cuatro funciones de protección:

· Protección del clima

Los bosques de la Tierra son, junto con los océanos, un regulador biológico del clima. Por su elevada evapotranspiración generan localmente una gran parte de las precipitaciones. La evaporación de estas masa de agua absorbe, especialmente en los trópicos, hasta tres cuartas partes de la energía de irradiación, impidiendo así un calentamiento excesivo de la atmósfera. Además se ligan grandes cantidades de gas CO2 causante del efecto invernadero. Ambas funciones de protección del clima pueden controlarse con la máxima eficiencia con formas de bosques naturales o casi-naturales, de gran longevidad, ricos en reservas y de gran extensión. Gracias a su favorable relación entre asimilación y respiración, muchas formaciones boscosas de zonas templadas, como por ejemplo los bosques costeros del noroeste de los EE.UU., acumulan hasta tres veces más CO2 que las pluviselvas tropicales (STARKE, 1991).

· Protección genética

Los bosques húmedos tropicales cubren sólo una pequeña fracción de la superficie terrestre (6 %), a pesar de lo cual viven en ellos un 90 % de todos los monos, al menos un 80 % de todos los insectos, como mínimo dos terceras partes de todas las especies vegetales y aproximadamente un 40 % de todas las especies de aves rapaces. Dado que la mayoría de estas especies sólo puede existir en formas de bosques naturales o casi-naturales de gran extensión, los bosques artificiales monotípicos en pequeñas superficies son inadecuados para la protección genética y de las especies.

· Protección del suelo

El monte alto de estructura estratificada es la más eficiente protección biológica del suelo. La erosión del suelo y la nueva formación de suelo están equilibradas bajo tales formas de rodales, respondiendo a la norma geo-ecológica. Por la estructura más simple de los rodales, en los bosques secos o en las sabanas herbáceas es menos marcada la diferencia respecto a los bosques artificiales. Lo mismo puede decirse de formas alternativas de bosques en las tierras llanas. Bajo condiciones húmedas tropicales y en la alta montaña, las tasas de erosión de los bosques artificiales pueden superar, en casos aislados, la tasa natural de pérdida de suelo en factores elevados a la décima potencia (MORGAN).

· Protección de hábitats humanos

Debido a los rápidos procesos de deforestación, el hábitat humano se va estrechando, especialmente en los bosques húmedos tropicales; se destruyen puestos de trabajo. Grandes proyectos favorecidos por beneficios tributarios (explotación maderera, minería, ganadería de bovino) pueden acelerar localmente este proceso, desplazando los métodos propios del uso tradicional de los recursos naturales, muy intensivos en cuanto a mano de obra. Por esta razón, la formación y el perfeccionamiento pueden ser, justamente en los proyectos de bosques naturales y agroforestales, un instrumento importante para sensibilizar correspondientemente a las instancias de decisión.

2.2 Estrategias de protección del medio ambiente típicas del sector

Los bosques desempeñan importantes funciones de protección, pero al mismo tiempo son también ellos mismos dignos de proteger por ser biotopos de las más diversas comunidades de plantas y animales. Sin embargo, una protección eficiente sólo puede lograrse si el Estado, el sector económico y la población local tienen un interés propio en su conservación a largo plazo. Las formas de uso tienen que garantizar por ello la protección del bosque y una creación de riqueza persistente, siendo además susceptibles de consenso entre los distintos grupos de intereses. Así, desde el punto de vista de la higiene, la roza de sabanas africanas infestadas de moscas tse-tse pueden ser una bendición. Pero para los bosquimanos de la tribu Iko y otros cazadores significa la destrucción de su hábitat vital, para los hidrólogos significa la inundación de zonas bajas y para los ecologistas el aniquilamiento de biotopos.

En el sector forestal, una estrategia de protección incluye, dependiendo de las condiciones del lugar, las siguientes componentes, a grandes rasgos:

- Instrumentos político-económicos

· control de los derechos de uso por interrelación de zonas de protección, tampón, de uso y para asentamientos humanos

· aseguramiento de la creación de riqueza derivada del uso del bosque por diversificación en la región productora y reinversión de los beneficios, p. ej. para programas de cuidados del bosque

· planificación, puesta en práctica y control de los conceptos de uso con participación de todos los implicados

· moratoria de la explotación maderera en bosques primarios de las zonas tropicales y templadas

· incentivos conformes al mercado como impuestos de entrada y salida o subvenciones para sustitutos (p. ej. recolección de madera mediante grúas de cables en lugar de orugas niveladoras)

- Instrumentos técnico-ecológicos

· reducción del consumo de madera por mejoramiento del manejo de la misma

· gestión del bosque orientada a funciones y necesidades a través de una planificación forestal individual

· simulación de la dinámica natural del crecimiento y cuidado del bosque durante largos periodos de reposo y regeneración.

Para una discusión orientada a la puesta en práctica de los componentes citados, se remite a la bibliografía (véase BMZ, ENQUETE).


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