34. Riego

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Contenido

1. Descripción del ámbito de actividad

2. Impacto ambiental y medidas de protección

2.1 Repercusiones sobre el medio ambiente natural
2.1.1 Provisión, acometida y distribución del agua
2.1.2 Aplicación del agua y drenaje
2.2 Repercusiones sobre el entorno socioeconómico
2.2.1 Solicitación de factores, trabajo, ingresos y distribución
2.2.2 Sanidad
2.2.3 Abastecimiento, vivienda y descanso
2.2.4 Formación y relaciones sociales

3. Análisis y evaluación de impacto ambiental. Fuentes de referencia

4. Relación con otros ámbitos de actividad

5. Evaluación sinóptica de la relevancia ambiental

6. Bibliografía

 

1. Descripción del ámbito de actividad

El riego y el drenaje cuentan actualmente, en creciente medida, entre las componentes irrenunciables de la agricultura, y esto no sólo en zonas climáticas áridas. También las tierras aprovechadas en la agricultura de secano se riegan adicionalmente por aspersión con el fin de incrementar la producción y/o de asegurarla contra influencias climáticas negativas, o bien se convierten incluso en áreas de regadío. Sólo con la introducción del riego pasan a convertirse extensas zonas en tierras de cultivo, en el sentido de una nueva colonización (como se ha hecho p. ej. con los antiguos desiertos y estepas de Egipto, Israel, la India o México).

Además de los requisitos del mercado y de la progresiva monetarización, que no se detiene tampoco ante el sistema de intercambio rural, el rápido crecimiento demográfico es el factor que obliga predominantemente a incrementar la producción en tierras cuya superficie incluso está en disminución, para lo cual se hace imprescindible, entre otras cosas, la introducción o el mejoramiento del riego (artificial). Es lícito pues suponer que esta área presentará altas tasas de crecimiento, por lo que aumentarán drásticamente la importancia de la provisión de agua y la cantidad absoluta del agua necesaria.

Mientras que, por una parte, en muchos lugares existen todavía recursos hidráulicos totalmente desaprovechados, o al menos los recursos existentes se aprovechan sólo moderadamente, en otros lugares la provisión de agua ha provocado ya daños ecológicos masivos y en su mayor parte irreversibles.

Así como la eliminación de aguas residuales desempeña un papel nada insignificante en el abastecimiento de agua potable o industrial (véanse los capítulos de Disposición de aguas residuales, Abastecimiento de agua en zonas urbanas), el riego exige siempre también un drenaje o desagüe. En gran parte, esto se produce ya por la estructura natural del terreno. Pero en numeroso casos es necesario buscar soluciones para el drenaje ya en la fase de planificación de los sistemas de acometida de agua.

La puesta en práctica titubeante de programas de drenaje tras un cambio a sistemas de riego durante todo el año puede provocar daños irreversibles, ante todo por salinización de los suelos, así como un aumento del nivel de las aguas freáticas. Incluso en proyectos de riego de pequeña magnitud han podido apreciarse en muchos países problemas de salinización (= efectos negativos sobre el equilibrio de nutrientes en el suelo) por faltar sistemas de drenaje. Para evitar daños por salinización a largo plazo, debería evacuarse de nuevo, a través del drenaje, de un 10 al 20 % de la cantidad de agua aportada por riego, según la clase de suelo.

Si se tiene en cuenta la creciente demanda de agua de riego, con los a ello vinculados costos de provisión y acometida, se comprende el riesgo de que se tienda a aplazar las medidas de drenaje, o a dimensionarlas con el menor tamaño posible. Igualmente puede observarse que sistemas de acometida economizadores de agua, pero caros, se relegan precipitadamente, por razones de costos, prefiriendo sistemas simples abiertos, no afirmados o sobreextendidos. Hasta ahora se han aplicado en forma totalmente insuficiente soluciones "apropiadas" que por una parte presenten unos costos favorables y que por otra resulten efectivas y con ello conservadoras de los recursos.

El riego abarca las áreas:

- provisión de agua
por almacenamiento en pequeños embalses, toma de ríos y extracción de aguas subterráneas;

- acometida y distribución
del agua de riego por canales abiertos y cañerías;

- aplicación
del agua de riego por sumersión (de superficies), en balsetas, en franjas, por surcos, por aspersión, por goteo y por infiltración subterránea;

- desagüe y drenaje
por sistemas abiertos y cubiertos/enterrados.

Este capítulo está referido únicamente a proyectos de riego de magnitud entre pequeña y media, y no trata expresamente proyectos de embalses de grandes dimensiones ni la puesta en regadío de regiones enteras, que afecten por ejemplo a cuencas fluviales completas.

2. Impacto ambiental y medidas de protección

Principalmente con el trasfondo de unos recursos de agua limitados, de un creciente consumo de agua y de la, con frecuencia, deficiente adaptación entre el riego y el drenaje, en el ámbito de actividad del riego debería darse la máxima importancia a lo siguiente:

- dedicar gran atención a la provisión de agua, ya que los proyectos que impliquen una explotación considerable de bienes naturales acarrean típicamente grandes riesgos para el medio ambiente;

- examinar la adaptación mutua del riego y el drenaje;

- comprobar si las medidas tomadas responden, por su tecnología, a las capacidades financieras y a las demás particularidades específicas del país (p. ej. conocimientos técnicos disponibles), a fin de así poder reducir o excluir amenazas potenciales para el medio ambiente.

2.1 Repercusiones sobre el medio ambiente natural

2.1.1 Provisión, acometida y distribución del agua

Aquí pueden verse afectados, según el campo de actividades, todos los ámbitos (suelo, agua, aire/clima, especies, biotopos/paisaje). Repercusiones de formas muy variadas se producen en el ámbito del suelo, donde los diques de tierra de pequeños embalses y los canales abiertos de acometida de aguas pueden implicar riesgos de erosión. Todas las obras modifican (destruyen) el suelo, y el riego propiamente dicho origina un cambio en la dinámica del mismo. Es posible contrarrestar el riesgo de erosión afirmando o consolidando los diques de tierra (por ejemplo plantando en ellos especies vegetales cubridoras del suelo, con sistemas radiculares densos).

En el ámbito del agua, las repercusiones son muy variadas. Si bien los pequeños embalses significan un aporte a la disponibilidad de agua superficial, por otra parte permiten también una contaminación de las aguas subterráneas, dependiendo esto de las características del subsuelo. En todo caso, también de los pequeños embalses pueden derivarse perjuicios para la calidad de las aguas superficiales y para el equilibrio de nutrientes (especialmente por calentamiento y eutrofización). Debe tenerse en cuenta que al tomar medidas de embalsamiento en una zona puede reducirse la oferta de agua en el curso inferior. Pero si las precipitaciones tienen un carácter muy estacional, puede esperarse incluso lo contrario. En caso de toma de agua de los ríos, se reduce la disponibilidad de aguas superficiales, mientras que en caso de tomarla de las aguas subterráneas, se ve disminuido el régimen de estas últimas. En el caso de extracción de aguas subterráneas, la cantidad depende, no en último lugar, de la técnica de extracción aplicada. Cuanto menos esfuerzo requiera la elevación (a nivel económico: menos costos), tanto mayor será el derroche de ese recurso natural que es el agua.

Particularmente significativa es la repercusión de la extracción de aguas subterráneas sobre la cantidad del agua. Esto puede ser de aplicación para proyectos de magnitud entre pequeña y mínima (p. ej. con tierras de cultivo establecidas predominantemente sobre formaciones geológicas de base con reservas de agua frecuentemente escasas o en los sistemas de uadís en la periferia del Sahara). La extracción de aguas subterráneas fósiles, sin regeneración natural, sobrepasa por definición la cantidad disponible, siendo por lo tanto una explotación abusiva de un recurso vital, por lo que debería realizarse como máximo en casos excepcionales justificados.

Los puntos de toma abiertos y/o el vertido de p. ej. heces fecales y aceites entrañan el peligro de contaminación de las aguas subterráneas.

Los pequeños embalses pueden tener repercusiones sobre el microclima. Afectan también el ámbito de las especies, aunque en este último caso los efectos no están totalmente claros. Por una parte pueden destruirse o desplazarse determinadas especies de la flora y la fauna, pero por otra parte la superficie acuática y el entorno favorecerán o incluso atraerán a otras especies. A una (insignificante) reducción de biotopos secos se le opone un aumento de biotopos acuáticos. En el caso de los biotopos húmedos es posible tanto un aumento (ante todo en la zona de las orillas del embalse) como también una reducción (al disminuir el caudal de agua en el curso inferior). Tanto el aumento como la disminución de especies pueden tener repercusiones tanto positivas como negativas en el ámbito humano y en el de la naturaleza. Deben tenerse en cuenta también los efectos de fluctuaciones del nivel del agua en el embalse. Puede partirse de que los pequeños embalses significan un enriquecimiento de la variedad del paisaje.

Los sistemas abiertos de acometida y distribución provocan pérdidas de agua por evaporación, e influyen (aunque escasamente) sobre el microclima. En el caso de canalizaciones con perfil de tierra, son posibles repercusiones sobre las especies animales y vegetales, si bien tales efectos no están totalmente claros (similarmente a lo que ocurre con los pequeños embalses). Dependiendo de la situación inicial, los sistemas abiertos de acometida y distribución de agua pueden enriquecer o mermar la variedad del paisaje.

En tanto no discurran sobre tierra, de los sistemas cerrados son de esperar generalmente repercusiones sólo escasas sobre el medio natural.

2.1.2 Aplicación del agua y drenaje

La aplicación del agua, el "riego" propiamente dicho, actúa en mayor o menor medida sobre las componentes del ámbito del suelo, en función del método utilizado. Además tiene que contarse con efectos en los ámbitos del agua y las especies, así como sobre el microclima. El problema principal de muchos métodos de riego es la salinización, especialmente en caso de un manejo incorrecto y de una falta de drenaje. Este problema puede definirse también simplificadamente como un desequilibrio extremo de nutrientes (exceso de sal) y un empeoramiento de la estructura del suelo (enlodamiento, formación de costras, compactación).

En algunos casos, los métodos de riego tradicionales, con dificultades en la dosificación del agua (p. ej. riego por sumersión, en balsetas, por franjas o por surcos) resultan ser problemáticos. Especialmente con estos métodos no pueden excluirse procesos de erosión. En caso de una aplicación incorrecta, también el riego por aspersión y, aún con mayor frecuencia, el riego por goteo puede originar salinización del suelo.

Especial atención debería dedicarse a aquellos métodos en los que técnicas tradicionales se han ampliado con componentes modernas en forma no apropiada. Sistemas de acometida de agua o métodos de aplicación antes adecuados pueden provocar p. ej. erosión y arrastres de tierras si la provisión de agua se ve modificada por el uso de motobombas. Eventualmente tendrá que modificarse todo el sistema, con unas considerables inversiones de capital.

Con todos los métodos son posibles repercusiones negativas sobre la microflora y la microfauna del suelo. En caso de una buena adaptación a las condiciones locales y de una gestión correcta, los métodos de riego pueden significar sin embargo también un aporte al equilibrio de los nutrientes y un beneficio para la microflora y la microfauna.

El drenaje puede contrarrestar en gran medida el problema de la salinización, contribuyendo así al equilibrio de los nutrientes y a la estabilización de la estructura del suelo. Debe llamarse la atención sobre la posibilidad de una desalinización, al menos parcial, de las tierras a través de métodos de aplicación del agua.

Las zanjas de drenaje con perfil de tierra albergan riesgos de erosión. En el ámbito del agua hay que contar con dos efectos: en primer lugar, los métodos de riego tradicionales y el riego por aspersión así como los sistemas de drenaje por cauces abiertos originan una pérdida de aguas superficiales por evaporación. Pero por otra parte, de los métodos tradicionales y de zanjas de drenaje con perfil de tierra puede derivarse también un enriquecimiento de las aguas subterráneas. El enriquecimiento de las aguas subterráneas debido a un riego excesivo puede ir en perjuicio de los cultivos a causa de un nivel demasiado alto de las aguas freáticas.

La infiltración en zonas pobres en agua representa un derroche de agua y al mismo tiempo puede fomentar la explotación excesiva de los recursos naturales, por lo que debería concederse prioridad al afirmado de las acometidas de agua. Las pérdidas por evaporación en el área de las acometidas resultan más bien insignificantes (p. ej., en zonas desérticas son de un 1 a un 2 %, frente al 85 % de pérdidas por infiltración en el caso de acometidas no afirmadas en terreno arenoso). Los métodos de riego tradicionales, el riego por aspersión y los sistemas de drenaje por cauces abiertos pueden influir sobre el microclima. Según las características del lugar, se producirán aquí eventuales efectos positivos (p. ej. en la ecología de los oasis) o efectos negativos.

Para todos los métodos de aplicación de agua tiene que contarse con una influencia sobre la flora. Por regla general se perturbará el equilibrio natural de las especies; en cuanto al número de especies es posible tanto un incremento como también una reducción

Dado que aquí sólo se trata de superficies de regadío relativamente pequeñas, existen para la fauna zonas de escape y refugio suficientes, que evitan un cambio persistente en el equilibrio y el número. Dentro de este ámbito, resultan más bien efectos del aumento y del uso de las tierras de cultivo en sí, así como de la forma de la agricultura (véase el capítulo de Producción vegetal).

En el caso de las zanjas de drenaje abiertas, con perfil de tierra, son posibles efectos sobre la flora y la fauna, si bien, en cuanto a su orientación, no pueden describirse inequívocamente, tal como ocurre con los sistemas de acometida de agua y con los pequeños embalses. Esto es también válido análogamente para la influencia que estos sistemas de drenaje ejercen sobre la variedad del paisaje.

2.2 Repercusiones sobre el entorno socioeconómico

2.2.1 Solicitación de factores, trabajo, ingresos y distribución

En tanto sea posible siquiera formular afirmaciones generales sobre las componentes del entorno socioeconómico, ellas resultarán forzosamente equívocas. Aquí es imprescindible un análisis de casos concretos.

Soluciones técnicamente sofisticadas presentan por regla general no sólo una mayor demanda de capital, sino también, eventualmente, una considerable demanda de energía. Debe hacerse referencia tanto a la posibilidad de materializar una obtención de energía a través de pequeños embalses y acometidas de agua como a la posibilidad de cubrir la demanda energética mediante fuentes de energías renovables. La demanda de energía externa puede reducirse si, p. ej. en el caso de la toma de agua de ríos, se recurre a la correspondientes energía hidráulica (ruedas hidráulicas con alturas de elevación entre 0,5 y más de 20 m).

El problema central en el manejo de los proyectos de regadío con un uso de tecnología de nuevas características podría ser generalmente la considerable demanda de formación y gestión. La introducción de sistemas de riego suele coincidir también con formas de agricultura técnicamente más exigentes e intensivas, que no en todas partes son aceptadas sin oposición. Esto origina una mayor demanda de asesoramiento y motivación.

En sociedades en las que la responsabilidad del ámbito de la agricultura recae sobre las mujeres, sea como mano de obra o como campesinas independientes, ellas se ven excluidas frecuentemente del derecho de intervención, del asesoramiento y de la capacitación. Esto es de especial relevancia cuando las tecnologías tradicionales son reemplazadas por otras nuevas.

La construcción y el manejo de sistemas de riego significan, ante todo en el caso de procedimientos intensivos en cuanto a mano de obra, un considerable trabajo adicional, que en muchas sociedades es realizado ante todo por mujeres. En contrapartida, los ingresos por trabajo son muy buenos, ante todo en el caso de métodos intensivos en cuanto a capital. Pueden intensificarse disparidades sociales.

No es raro que las mujeres se vean perjudicadas materialmente por la introducción del riego. Así, en muchas ocasiones, sólo los hombres son registrados como propietarios de las tierras, convertidas en regadíos, o bien los hombres se apropian sencillamente de las tierras considerablemente más valiosas en comparación con las de secano.

El cálculo de los futuros costos de operación, frecuentemente insuficiente en las planificaciones, los gastos de mantenimiento y control, así como los correspondientes a la renovación de los sistemas de riego o bien cambios difíciles de calcular en la política de fomento estatal (reducción de los servicios de extensionismo, subvenciones para materiales e incluso para agua) pueden tener consecuencias económicas graves para los campesinos. Debería comprobarse si el diseño técnico y el dimensionamiento de los sistemas de riego son apropiados para que las campesinas y los campesinos puedan aprovecharlos en forma rentable incluso aunque cambien las condiciones.

En general puede partirse de que el riego aumenta la seguridad de las cosechas y los ingresos. Como excepción debe considerarse aquí la remuneración, limitada en el tiempo, del trabajo propio de la construcción de los sistemas y del trabajo estacional, cuyo volumen es muy fluctuante. Si las mujeres participan en ese trabajo estacional, ello puede significar eventualmente una carga de trabajo adicional para las mujeres afectadas, que irá a costa de otras tareas (alimentación y similares).

Son probables efectos sobre la distribución de los ingresos (no sólo entre hombres y mujeres). Los métodos intensivos en cuanto a capital pueden marginar a agricultores y agricultoras económicamente débiles, empeorando la situación de la distribución. Si la conversión en tierras de regadío se realiza a base de créditos, es frecuente que las mujeres no sean tenidas en cuenta. En general puede observarse que con la complejidad técnica (y financiera) de un sistema de riego aumenta la diferenciación social. Correspondientemente debería producirse una amplia dispersión de los títulos de propiedad, o bien tendrían que fijarse límites superiores a la extensión de las superficies dentro de las nuevas zonas establecidas.

En cada caso concreto deberá atenderse a que se respeten los derechos tradicionales de uso de las mujeres, p. ej. registrándolas también a ellas en el catastro como propietarias.

2.2.2 Sanidad

En muchos campos de actividad tiene que contarse con riesgos para la salud. La fuente principal de peligro son las enfermedades condicionadas por el agua, ante todo la bilharziasis (esquistosomiasis) y la oncocercosis, cuyos focos de infección pueden situarse en diferentes puntos del sistema de riego (agua estancada o corriente). Ante todo la bilharziasis puede presentarse en zonas que se rieguen por primera vez, debido a su forma de transmisión (secreciones humanas). También la propagación de anquilostomas duodenales y de ascáridos lumbricoides puede verse fomentada eventualmente por la agricultura de regadío.

La difusión de la malaria que se observa en el caso de grandes proyectos de regadío puede constituir también un problema en el caso de proyectos menores con acometidas de agua y pequeños embalses abiertos. También deben mencionarse enfermedades reumáticas y peligro de accidentes. Debido a la situación se originan riesgos para la salud si los sistemas de riego se utilizan también para el abastecimiento de agua potable (véase el capítulo de Abastecimiento de agua en zonas rurales). Aquí debe tenerse en cuenta ante todo a las mujeres, sensibilizándolas a través de una información directa, ya que por regla general son ellas las responsables del abastecimiento de agua potable. Las medidas dirigidas a un control eficiente de vectores (venenos químicos) van vinculadas a su vez a peligros para el medio ambiente.

2.2.3 Abastecimiento, vivienda y descanso

En general existen aportes al abastecimiento por producción propia o por remuneración en especies, a no ser que las tierras se dediquen exclusivamente al cultivo de vegetales no destinados a la alimentación. Esto último tendrá que contrarrestarse a la hora de planificar los cultivos (véase el capítulo de Producción vegetal). En las regiones áridas, el riego suele incrementar el espectro de plantas alimenticias.

El riego puede atacar la sustancia de las construcciones, si las viviendas son de adobe, tierra apisonada, ladrillos secados al aire o materiales vegetales. Las casas construidas en tierras de regadío pueden protegerse con fundamentos de piedra contra la humedad que sube del suelo.

Se influye sobre las componentes de "descanso" o "tiempo libre" cuando las operaciones de riego incrementan considerablemente el trabajo de los propietarios y de sus familiares. Esto es válido ante todo en zonas en las que anteriormente sólo se practicaba la agricultura de secano. Con mucha frecuencia son las mujeres y los niños quienes deben realizar el trabajo adicional, lo que en casos extremos puede hacer que disminuya la asistencia de los niños a las escuelas o que las mujeres abandonen actividades importantes.

Con la instalación de sistemas de riego no deberían perturbarse innecesariamente el aspecto del paisaje ni las vías de comunicación. Debe evitarse que la población tenga que dar grandes rodeos debido a cambios en el terreno (p. ej. tuberías tendidas sobre la tierra, sobre soportes, por el interior o por encima de terraplenes, o bien canales abiertos anchos). Debería planificarse también un número suficiente de pasajes (p. ej. pasos subterráneos, puentes) para la conducción del ganado.

2.2.4 Formación y relaciones sociales

Muchos métodos o actividades ofrecen efectos de formación "en el puesto de trabajo", pero sólo si ya se dispone de altas calificaciones iniciales.

En tanto las actividades puedan organizarse y realizarse en forma de trabajos comunitarios, es de esperar que influyan intensificando la participación y la interacción social. Si bien el riego puede definirse en conjunto como una tarea comunitaria, las influencias que de él se derivan no siempre van en dirección a una intensificación de las relaciones sociales. En muchas regiones, el riego sienta por primera vez la base para una propiedad privada ilimitada de las tierras. La ayuda entre vecinos se ve desplazada cada vez más por el trabajo remunerado.

Las mujeres resultan particularmente afectadas por la disminución de las actividades desarrolladas en común (p. ej. el acarreo de agua, el lavado de la ropa y, eventualmente, el trabajo colectivo en los campos), ya que por ejemplo en países de cultura islámica éstas son ocasiones de comunicación muy importantes, para las que las normas sociales no permiten otra alternativa.

3. Análisis y evaluación de impacto ambiental. Fuentes de referencia

En la República Federal de Alemania existen normas generales que rigen la gestión de las cantidades de agua. Sin embargo, a excepción de directivas técnicas para la realización de obras hidráulicas no existen standards para acciones imaginables en el área del riego. Pero para el riego pueden fijarse standards sobre:

- la modificación tolerable del nivel de las aguas freáticas con vistas a extracción (disminución), infiltración (aumento) y drenaje o desagüe (disminución),

- la reducción del caudal de escorrentía o desagüe en caso de toma de agua de los ríos,

- los límites de toma de aguas superficiales, a fin de evitar perjuicios y/o destrucción de organismos acuáticos, definiendo a tal fin cantidades mínimas de agua, profundidad mínima de las aguas, etc.,

- la calidad del agua de riego, p. ej. para evitar la salinización de los suelos,

- el grado de salinidad del agua corriente en caso de reincorporación a partir de drenajes, etc..

Otras sugerencias para standards aplicables en caso de intervenir en el régimen hídrico son:

- la cantidad de extracción de aguas subterráneas debe alcanzar como máximo la tasa de regeneración a medio plazo (con frecuencia difícil de calcular),

- la extracción de agua subterránea fósil se permite sólo en situaciones de emergencia extremas,

- el estiaje representa para la toma de agua la magnitud crítica en cuanto a la calidad de las aguas, etc..

4. Relación con otros ámbitos de actividad

Debería recurrirse complementariamente al capítulo de Producción vegetal para evaluar los efectos derivados de los cultivos practicados en tierras de regadío.

Los subsectores del riego presentan además interrelaciones con otros subsectores del ámbito agrario, entre otros con:

- Protección vegetal en cuanto a la ausencia de contaminantes en el agua de riego y de drenaje; en este último caso, ante todo si tiene lugar una reincorporación a las aguas superficiales y subterráneas,

- Producción animal y

- Pesca y acuicultura,

- Técnica agrícola, p. ej. en lo que atañe a la aplicación de sustancias orgánicas y fertilizantes minerales y a sus efectos sobre la ausencia de contaminantes.

Pueden resultar conflictos de uso ante todo con vistas a la protección general de los recursos naturales. La explotación de aguas subterráneas artesianas y/o fósiles es una de tales áreas conflictivas. También pueden producirse conflictos con el subsector de "aguas residuales y aguas de lluvia", donde las repercusiones se producirán especialmente en el área de la "sanidad".

En casos concretos existen además puntos de contacto

- con el ámbito de actividad de Ordenación de recursos hídricos, en la construcción de presas y represas,

- con las Construcciones hidráulicas agropecuarias, ante todo en el caso de presas (toma de agua para riego), canales por pendientes y pequeños diques de tierra de escasa altura para la acumulación de agua,

- con el ámbito de actividad Disposición de aguas residuales en cuanto a la eliminación de las aguas residuales por vertido en tierras agrícolas o en zanjas de drenaje (aguas superficiales).

5. Evaluación sinóptica de la relevancia ambiental

La planificación y la ejecución de sistemas de riego compatibles con el medio ambiente (y social) es posible a prácticamente cualquier nivel técnico, siempre y cuando se tomen las medidas ecológicas, tecnológicas, económicas y sociales adecuadas. Aquí debe procederse con gran precaución al examinarlas, ya que con frecuencia las medidas necesarias se ven restringidas por limitaciones financieras y por otros criterios de evaluación. Las cuestiones de la manejabilidad tecnológica de los sistemas deben aclararse, pues son decisivas para el éxito. Del aumento del nivel tecnológico resultan efectos problemáticos a pesar de la imaginable relevancia natural para el medio ambiente, ante todo dentro del entorno socioeconómico.

En el caso de los proyectos de riego pequeños aquí tratados son de esperar en cualquier caso menores repercusiones que en el caso de medidas que se basen en grandes proyectos hidráulicos o en la extracción masiva de aguas subterráneas. En muchos casos, las soluciones tecnológicas son sustituibles, lo que significa que varias opciones pueden llevar al mismo resultado, lo que permite elegir la solución más conveniente para el medio ambiente. Debe tenerse en cuenta que las tecnologías de riego tradicionales pueden estar perfectamente adaptadas al entorno natural, pero a pesar de ello, su aplicación mixta junto con tecnologías "modernas" puede causar problemas ecológicos. Sin embargo, con una coordinación apropiada, tales combinaciones pueden ayudar a evitar repercusiones negativas tanto en el área del medio ambiente natural como en el "área humana".

6. Bibliografía

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