7. Análisis, diagnóstico, ensayo

Indice - Precedente - Siguiente

Contenido

1. Descripción del ámbito de actividad

2. Impacto ambiental y medidas de protección

2.1 Laboratorios en general
2.2 Laboratorios químicos
2.2.1 Trabajo con productos químicos
2.2.2 Aparatos y equipos
2.2.3 Construcciones
2.2.4 Disposición de residuos
2.3 Laboratorios que trabajan con agentes biológicos

3. Análisis y evaluación de impacto ambiental. Fuentes de referencia

4. Relación con otros ámbitos de actividad

5. Evaluación sinóptica de la relevancia ambiental

6. Bibliografía

 

1. Descripción del ámbito de actividad

El ámbito de esta actividad comprende los trabajos de laboratorio en los sectores de producción vegetal, animal e industrial, investigación, formación y salud, en los que se aplican métodos de análisis, diagnóstico y ensayo.

La finalidad del análisis, diagnóstico y ensayo es la de detectar sustancias y organismos, identificar las causas de síntomas y la de comprobar hipótesis de conducta o comportamiento. Los resultados obtenidos contribuyen a la adquisición de conocimientos, al desarrollo de productos, a apoyar los procesos de formación y al control de procesos de producción y de la calidad. Para ello se utilizan métodos químicos, físico-químicos o biológicos en forma analítica, preparatoria o según técnicas de aplicaciones.

Los agentes y equipos se utilizan en instalaciones especiales, denominadas laboratorios. Los laboratorios constituyen el objeto principal del presente capítulo.

Los laboratorios se instalan en edificios y secciones de edificios, así como en vehículos y en barcos. Todos estos lugares ofrecen protección a las instalaciones y materiales utilizados en los laboratorios frente a influencias exteriores tales como condiciones atmosféricas, ruidos, polvo, robo, etc.

Para las actividades de laboratorio o laboratorios se necesitan también salas de almacenamiento, salas para el cultivo de organismos de ensayo, instalaciones sanitarias, oficinas, etc. La denominación específica del laboratorio indica generalmente, dentro del campo de la investigación, la disciplina científica que se aplica preferentemente; en los demás campos, el objeto principal de la investigación o el método de trabajo predominante.

Los objetivos típicos de las actividades de laboratorio son:

- Obtención de conocimientos, desarrollo de productos
- Constitución de bases para realizar evaluaciones
- Confirmación de presuntos diagnósticos clínicos
- Control
- Realización de tests destinados a reducir los riesgos
- Modificaciones genéticas de materiales vegetales/animales
- Síntesis de sustancias básicas químicas y biológicas
- Incremento de las posibilidades de proteger la salud humana, animal y vegetal
- Fomento de la producción agrícola

El método utilizado es un factor decisivo para que los resultados de las investigaciones resulten reproducibles y comparables a nivel internacional. La elección del método está rigurosamente reglamentada (ver Standard Operation Procedures (SOP) o Gute Labor Praxis (GLP)), especialmente cuando se trata de análisis prescritos por las autoridades públicas.

Los laboratorios influyen indirectamente y de diversas formas -a través de los resultados de sus trabajos- en los procesos vitales y económicos. Las posibilidades de controlar y evitar los daños ambientales como consecuencia de su actividad dependen, entre otras cosas, de su funcionamiento regulado. Por otro lado, los laboratorios también pueden ser utilizados para la consecución de objetivos de carácter agresivo o pernicioso, p. ej. el desarrollo de armas biológicas o químicas.

Los laboratorios deben tener el nivel tecnológico necesario para garantizar que sus actividades no impliquen prácticamente riesgo alguno. Si las instalaciones, el trabajo o la formación del personal no son adecuados, se incrementa el riesgo de que se produzcan accidentes.

2. Impacto ambiental y medidas de protección

2.1 Laboratorios en general

En relación al impacto ambiental conviene distinguir entre las siguientes categorías (a modo de ejemplo indicaremos representantes típicos de cada categoría):

Laboratorios que trabajan con sustancias peligrosas (laboratorios químicos)

- Laboratorio químico agrícola (suelos, plantas, forrajes)
- Laboratorio de residuos de pesticidas, laboratorio de control de formulación

Laboratorios con agentes biológicos:

- Laboratorio de vacunas, de diagnóstico p. ej. microbiológico, parasitológico
- Laboratorio de medicina veterinaria y humana
- Laboratorio de tecnología genética y biológica
- Laboratorio de alimentos para animales (Subsección Digestibilidad in-vitro/toxicología)

Laboratorios con radiaciones ionizantes y radionucleidos:

- Laboratorio radiológico
- Laboratorio de isótopos (medicina, agricultura, botánica, etc.)

El ultimo subsector señalado no será tratado en el presente capítulo debido a su complejidad y a su contenido específico.

El objetivo de las medidas de protección ambiental no es otro que la de evitar o limitar al mínimo posible los daños que puedan derivarse en los laboratorios para la salud del personal y de personas circundantes, así como los prejuicios para el medio ambiente. Por lo que respecta a la construcción, instalación y funcionamiento de los laboratorios, dicho objetivo implica la consideración de los peligros que resulten evidentes, elaborando un concepto de seguridad que abarque reglas de conducta y dispositivos de protección. A continuación se presentan los elementos más importantes. Desde un punto de vista organizativo, se recomienda formar e integrar en la plantilla de personal a uno/a o varios/as empleados/as responsables de la seguridad y encargados de vigilar la aplicación de las medidas previstas.

Los productos utilizados o fabricados son, con frecuencia, sustancias peligrosas (tóxicas, corrosivas, irritantes, explosivas, inflamables, cancerígenas, teratógenas, mutágenas) y perjudiciales para el medio ambiente (persistentes, que se acumulan en el organismo, etc.). Los agentes biológicos poseen, con frecuencia, la capacidad de multiplicarse libremente. Los organismos cultivados y modificados genéticamente presentan nuevas propiedades.

El personal de los laboratorios es el primero que se encuentra expuesto a tales peligros por contacto directo o proximidad. También se ve afectado el medio ambiente como consecuencia de las emisiones liberadas en la atmósfera, del vertido de aguas residuales contaminadas y de residuos sólidos. Cuando las cantidades de contaminantes son pequeñas, los efectos suelen ser puntuales. Esta afirmación, sin embargo, no puede aplicarse de forma generalizada. La propagación de sustancias tóxicas en las aguas superficiales constituyen un peligro potencial al igual que, por ejemplo, los agentes patógenos virulentos y sustancias altamente tóxicas, cuyos efectos son relativamente independientes de su cantidad inicial.

2.2 Laboratorios químicos

El principal peligro de los laboratorios químicos, por lo que a su impacto ambiental se refiere, se encuentra en la liberación incontrolada de sustancias y en el incremento de su concentración en los lugares de trabajo y en el entorno hasta alcanzar niveles peligrosos para la salud. Esta liberación puede producirse tanto durante el funcionamiento normal del laboratorio como en los casos de irregularidades, accidentes y, sobre todo, de explosiones.

Los problemas aludidos pueden presentarse en cuatro ámbitos:

- Trabajos con productos químicos
- Aparatos y equipos
- Edificios e instalaciones
- Eliminación de residuos

2.2.1 Trabajos con productos químicos

Los productos químicos constituyen el objeto a investigar, o bien sirven como elementos auxiliares para realizar las investigaciones. Se utilizan como catalizadores para favorecer reacciones, como disolventes o como reactivos.

Los riesgos potenciales son muy variados. Los gases corrosivos e irritantes provocan irritaciones en la piel, las mucosas y los ojos. Las hemotoxinas, las toxinas celulares y las toxinas nerviosas, p. ej. el monóxido de carbono, el ácido cianhídrico y los gases sofocantes (nitrógeno, argón) actúan eliminando el oxígeno del aire.

Los disolventes, aunque no sean tóxicos o cancerígenos, resultan generalmente alucinógenos.

Muchos productos químicos desprenden gases tóxicos, combustibles o autoinflamables. En el caso de los líquidos inflamables ha de tomarse en consideración, además del riesgo de incendio, el peligro de que se produzcan explosiones.

Cuando se trabaja con productos químicos habrá de prestarse especial atención al retardo en la ebullición que puede darse al calentar líquidos en reposo y a las violentas reacciones que se provocan al añadir sustancias. En otras reacciones se liberan sustancias muy tóxicas, p. ej. ácido cianhídrico a partir de cianuros alcalinos y ácidos o vapores cuando se trabaja con mercurio (véase al respecto el Tomo III "Catálogo de Estándares Ambientales").

La substitución de los productos químicos peligrosos por otras sustancias menos peligrosas o inofensivas será el camino más seguro para evitar los riesgos ligados a la manipulación de sustancias nocivas. En caso de que ello no fuera factible, dichas sustancias deberán utilizarse en la medida de lo posible dentro de aparatos cerrados. Si la manipulación de estos productos de forma abierta es inevitable, habrá que recurrir a instalaciones de aspiración.

Es preferible que las instalaciones de aspiración estén colocadas directamente en el punto de salida o de origen de las emisiones. La instalación aspiradora deberá conducir el aire fuera de la zona donde respira el personal. Cuando se desprendan sustancias nocivas en estado gaseoso deberá procederse a ligarlas químicamente dentro de una instalación de lavado de gases montada a continuación de la instalación de aspiración.

Los productos químicos deberán guardarse dentro de los recipientes previstos para ello, señalizando los mismos de acuerdo con su contenido y el grupo de peligrosidad de los productos. Debe evitarse almacenar cantidades innecesarias de productos químicos. Para trasvasar las cantidades que hayan de utilizarse deberán emplearse dispositivos de llenado apropiados.

Para las operaciones que exijan el empleo de ácidos, lejías u otros productos químicos agresivos, deberá disponerse de equipos de protección adecuados (botas de goma, mandiles de plástico, guantes, gafas protectoras, mascarillas, etc.). El inventario y balance de los productos químicos (cantidades recibidas, cantidades utilizadas, lugar de almacenamiento, registro separado de residuos) y de los aparatos contribuirá substancialmente a mejorar la seguridad en el laboratorio, y constituye una condición necesaria para su buen funcionamiento.

Los jóvenes y las mujeres embarazadas no deberán trabajar en zonas peligrosas (p. ej. manipulación de sustancias cancerígenas, mutágenas, altamente tóxicas, etc.).

En los lugares de trabajo se harán demostraciones de las medidas de protección necesarias (p. ej. botellas con líquido para el lavado de ojos, maletines de primeros auxilios, extintores), y de las reglas de conducta que deben observarse, y se realizarán ejercicios con el personal. Deberán fijarse con claridad los ámbitos de responsabilidad, colocando en lugares apropiados planos de las salidas de emergencia y de rescate. La existencia de duchas y salas comunes separadas es condición indispensable para la higiene de las personas que trabajan con productos químicos peligrosos para la salud.

2.2.2 Aparatos y equipos

Los accidentes más frecuentes que se producen en los laboratorios son las heridas causadas por cortes con fragmentos de vidrio. El vidrio se rompe fácilmente por efecto de impactos puntuales y de la transmisión de fuerzas de palanca (criterio importante para la apreciación del tipo de construcción de los aparatos). Las improvisaciones con los aparatos provocan, con frecuencia, reacciones imprevisibles. Sistemas de apoyo y sujeción defectuosos provocan tensiones y caídas de partes del equipo o de la instalación entera. Cuando se producen roturas pueden desprenderse sustancias peligrosas y producirse fácilmente incendios. Todavía se siguen utilizando con frecuencia recipientes huecos de vidrio sometidos a riesgos de implosión para el aislamiento de medios refrigerantes; para tales fines deberían utilizarse únicamente recipientes huecos de acero equipados con una camisa protectora o altamente aislados.

Antes de utilizar aparatos de vidrio debería comprobarse si se encuentran en perfecto estado. No deberán utilizarse componentes inadecuados o improvisados, ni aparatos de vidrio que presenten fisuras. Los equipos deberán ser estables y no hallarse sometidos a tensiones, debiéndose montar únicamente en lugares protegidos de las influencias externas.

Con el fin de evitar sobrepresiones, los equipos deberán contar con un sistema de compensación de la presión con respecto a la presión atmosférica. Las reacciones a alta presión sólo deben efectuarse dentro de recipientes de presión apropiados y en perfecto estado. Si existe peligro de exceder la temperatura o la presión de trabajo máxima admisible, la operación deberá interrumpirse inmediatamente.

Los trabajos en vacío dentro de aparatos de vidrio deberán realizarse únicamente con equipos apropiados. Los aparatos que contengan sustancias inflamables o térmicamente inestables no deben calentarse directamente sobre una llama abierta. Los baños de calentamiento o enfriamiento han de poderse retirar sin necesidad de desmontar el aparatos.

Los gases suelen ser un factor problemático en los trabajos de laboratorio por el hecho de que pueden escaparse de sus recipientes, formando mezclas tóxicas, fácilmente inflamables. El sistema de aspiración no suele estar dimensionado para la evacuación de grandes cantidades de gases tóxicos y de otro tipo. La mera evacuación lo único que hace es trasladar el problema fuera del laboratorio. Cuando se realizan trabajos de destilación y extracción de líquidos inflamables pueden formarse mezclas de gas explosivas, fácilmente inflamables por descargas electrostáticas.

Los refrigeradores que no disponen de un sistema de extracción de aire resultan inadecuados para guardar líquidos inflamables. Numerosos disolventes orgánicos forman, en el caso de entrada de aire, peróxidos. Estas sustancias poco concentradas se acumulan en los residuos de la destilación, pudiendo causar fuertes explosiones.

Aquellas sustancias que desprendan gases o vapores al secarse deberán secarse únicamente dentro de aparatos secadores protegidos contra explosiones. Los líquidos inflamables deberán guardarse por separado dentro de refrigeradores protegidos contra explosiones.

Los accidentes con botellas de gas a presión provocan efectos devastadores. Tales accidentes pueden ser ocasionados, p. ej., al montar o manejar defectuosamente los equipos, al abrir violentamente la llave principal atascada, al sobrecalentar o volcar la botella. Los depósitos de presión pueden reventar; este riesgo se produce especialmente cuando se utilizan depósitos sobrecargados, oxidados o dañados, o cuando se trabaja a temperaturas excesivas.

Las botellas con gas a presión deberán guardarse fuera del laboratorio o dentro de armarios ventilados y aislados térmicamente. Cuando el laboratorio no ofrezca condiciones técnicas para que el suministro al mismo se realice a través de tuberías a presión, las botellas con gases a presión solamente estarán presentes en el lugar de trabajo durante su utilización.

Durante el transporte y en el lugar de emplazamiento permanente, las botellas de gas a presión deben sujetarse con cadenas para impedir que vuelquen. Dentro del laboratorio, sólo se utilizarán gases tóxicos y corrosivos envasados en pequeñas botellas a presión que se colocarán, mientras se estén utilizando, debajo mismo de la instalación extractora.

Los elementos móviles de un equipo pueden agarrar las ropas, las manos y el pelo, y romper aparatos. Las construcciones caseras presentan con frecuencia deficiencias en cuanto a seguridad, especialmente por lo que respecta a los peligros de electrocución a través del aparato y el cable de alimentación.

Los aparatos eléctricos deberán encontrarse en perfecto estado técnico. Debido a las condiciones de suministro eléctrico imperantes en muchos países, es necesario asegurar el suministro de corriente del laboratorio contra oscilaciones y caída de la tensión. Los procesos analíticos complejos, con muchos pasos individuales, están siendo sustituidos progresivamente por equipos complejos. Algunos de estos métodos obedecen a normas reconocidas internacionalmente. Su aplicación exige fuertes inversiones y a menudo resulta difícil asegurar el mantenimiento de los aparatos y la adquisición de repuestos.

En el caso de aparatos complejos debe garantizarse su revisión y mantenimiento permanentes (mantenimiento in situ).

2.2.3 Construcciones

Pequeños focos de fuego pueden afectar también a materiales de construcción fácilmente inflamables. Muchas veces, los materiales de construcción utilizados no son resistentes a los productos químicos. Los recubrimientos de suelos o revestimientos de plástico son propensos a cargas estáticas (factor de inflamación).

Por medio de los conductos de evacuación de aire y agua pueden llegar fácilmente al entorno sustancias peligrosas, especialmente cuando se vierten directamente las aguas residuales en aguas superficiales. Las depuradoras de aguas residuales de construcción simple no están preparadas para el tratamiento de aguas contaminadas por sustancias especiales.

Mediante una instalación más o menos cerrada se conseguirá proteger al mundo exterior de impactos nocivos, dependiendo de la construcción de las barreras y de los puntos de salida. En el caso de laboratorios móviles deberá prestarse especial atención a que los residuos del laboratorio no se viertan en suelos y subsuelos, y las aguas residuales del laboratorio no vayan a parar a las aguas superficiales. No deberán instalarse laboratorios en zonas destinadas a la captación de agua potable o en núcleos urbanos. Han de construirse de forma que sean resistentes a los movimientos sísmicos y vibraciones. Por lo que respecta a la protección contra incendios deberán utilizarse materiales de construcción ignífugos. También es necesario contar con una instalación pararrayos.

Las salas de ensayo y almacenamiento de un laboratorio deberán diseñarse en forma de cubetas transitables (5 hasta 10 cm de profundidad), y no estar conectadas a las canalizaciones normales. Los laboratorios precisan de un sistema especial de recogida y tratamiento de las aguas residuales. Los suelos y superficies de trabajo han de ser resistentes a los hidrocarburos clorados y fáciles de limpiar. Las tuberías de suministro deben estar protegidas contra accidentes y señalizadas con toda claridad. Deben asegurarse de forma especial las instalaciones eléctricas (chispas).

En las zonas tropicales y subtropicales, la irradiación solar constituye una fuente importante de calor que puede producir trastornos en las personas y el material (autoinflamación en las operaciones de trasvase) si no se dispone de medidas de protección adecuadas. Cuando la irradiación solar es directa, se presentan con frecuencia los efectos invernadero y de lupa. Los espacios pequeños y una mala ventilación obstaculizan la respiración. La ausencia de ventanas, una mala iluminación y puertas cerradas perjudican la capacidad visual y el contacto visual. El trabajo en el laboratorio se verá perjudicado por la presencia de ruidos y vibraciones. Si se establecen condiciones de este tipo de forma duradera, habrá que tener en cuenta sus repercusiones negativas sobre el estado psíquico de la persona, al reducirse su capacidad de concentración e incrementarse el riesgo de accidentes.

Los laboratorios situados en zonas tropicales y subtropicales deben estar dotados de sistemas de protección solar, buena ventilación y, en caso necesario, instalación de aire acondicionado.

Deberán garantizarse los requisitos de tipo general exigidos para los puestos de trabajo (iluminación, regulación de la temperatura, ventilación, salidas de emergencia seguras y libres de obstáculos, etc.). En este sentido deberá concederse más importancia a las medidas técnicas que a la utilización de equipos personales de protección. Debe comprobarse regularmente el buen funcionamiento de los dispositivos de seguridad (duchas de emergencia, extintores de CO2, maletines de primeros auxilios).

2.2.4 Disposición de residuos

Los residuos de los laboratorios están formados por sustancias sólidas o por líquidos. Los gases peligrosos de salida se pueden ligar dentro de líquidos. El polvo del aire de salida se puede retener por medio de filtros (residuos sólidos y líquidos).

Por lo que respecta a productos de reacciones, residuos de filtraciones y líquidos de lavado se trata, en general, de residuos químicos peligrosos que han de declararse en Alemania como residuos especiales. Su eliminación está sujeta a controles especiales. Constituyen una fuente potencial de peligro para el medio ambiente (suelo, aguas, aire) y, por tanto, también para las personas, los animales y las plantas. Sobre todo en el caso de reacciones incompletas, de almacenamiento inadecuado, y durante el transporte, pueden producirse daños materiales y para la salud a consecuencia de explosiones, incendios o intoxicaciones. Los residuos líquidos y los gases pueden tener reacciones imprevistas (desprendimiento de gases, calor, contaminación).

Una gestión racional de la compra y empleo de productos químicos, así como el control regular de las existencias, puede reducir a priori la producción de residuos en los laboratorios. Todos los residuos deberán eliminarse de forma pertinente con el fin de evitar daños personales, materiales y ambientales. Por ello es necesario recolectar los residuos de los laboratorios, evitar las emisiones y reducir en lo posible su producción, utilizando reacciones químicas adecuadas para su conversión en compuestos inocuos. Los ácidos y lejías deben neutralizarse, mientras los disolventes pueden reciclarse. Es importante evitar sobre todo la evacuación de sustancias tóxicas con las aguas residuales, debiendo ser recolectadas separadamente.

Los residuos orgánicos de disolventes deberán recogerse en recipientes irrompibles que tengan una capacidad máxima de 10 l. Las sales de metales pesados, los residuos de la filtración y aspiración, el aceite usado y el ácido sulfocrómico deberán recogerse en todos los casos de forma separada. El mercurio usado puede someterse a procesos de tratamiento y recuperación para facilitar su reutilización.

Los residuos deberán empaquetarse y señalizarse en el laboratorio. Deberá llevarse documentación de tales operaciones.

El personal deberá estar informado de las posibilidades de reducir la cantidad de residuos y sobre la forma de manipulación de los mismos. Asimismo, se controlará el cumplimiento de las normas establecidas.

2.3 Laboratorios que trabajan con agentes biológicos

El último ámbito mencionado no será tratado dentro del presente capítulo debido a su complejidad y contenido específico.

El trabajo con microorganismos, células vivas, complejos celulares y genotipos replicables en laboratorios persigue, entre otros, los objetivos siguientes:

- Utilización o control de microorganismos
- Aislamiento de sustancias biológicamente activas
- Realización de ensayos biológicos
- Diagnóstico
- Manipulación genética
- Mejoramiento de las técnicas de reproducción

A dichos fines sirve la producción de sustancias nutritivas y activas, el control de sistemas biológicos de desintegración de sustancias, el aprovechamiento de las relaciones recíprocas entre organismos (simbiosis, etc.) y el desarrollo de agentes nocivos y patógenos con el fin de investigar su comportamiento y las posibilidades de combatirlos.

El principal peligro derivado de la manipulación de agentes biológicos en los laboratorios consiste en la posible contaminación del personal del laboratorio y en la infección de personas, animales y plantas fuera del laboratorio. A ello hay que agregar los daños provocados por la difusión de plantas y animales inexistentes en la región (introducción de nuevos organismos nocivos).

Las medidas de protección están orientadas a impedir la liberación de agentes patógenos, nocivos y tóxicos, procurando una ejecución correcta de los trabajos y de la eliminación final de los residuos.

Los genotipos replicables, producidos mediante métodos de tecnología genética, así como sus vectores y organismos receptores, pueden constituir un peligro potencial particular como consecuencia de sus nuevas propiedades. Todavía se sabe muy poco sobre las posibilidades de supervivencia de los organismos y otros agentes patógenos manipulados genéticamente dentro del ecosistema natural. Una vez que salen del laboratorio, puede que ya no halla posibilidad alguna de controlarlos o incluso de recuperarlos. Este ámbito de actividad plantea nuevos e imprevisibles peligros para el medio ambiente. Los sistemas de seguridad biológicos necesarios para ello todavía se encuentran en fase de elaboración y experimentación.

Cuando se trabaja con genotipos replicables, reviste gran importancia la selección de los organismos receptores y de los vectores de acuerdo con criterios de seguridad. En determinadas circunstancias, los agentes patógenos pueden sustituirse por organismos no patógenos de la misma clase. En el caso de determinados agentes es conveniente vacunar al personal del laboratorio. La toxicidad de los residuos procedentes del laboratorio deberá eliminarse utilizando métodos de combustión o de esterilización.

La utilización de vectores para la transferencia de genotipos resulta especialmente crítica en aquellos casos en los que dichos genomas se encuentran insuficientemente caracterizados, no se encuentra definida la especificidad del huésped o receptor, y los vectores elegidos muestran un sistema de transferencia propio así como un gran porcentaje de cotransferencia y de movilidad.

Los experimentos con animales deberán reducirse al mínimo necesario. Es importante cuidar de que estos animales sean mantenidos en condiciones adecuadas.

En el caso de que no se disponga de suficientes equipos de protección personal y de dispositivos que garanticen la seguridad del laboratorio, habrá que contar con riesgos especiales cuando se trabaje con organismos nocivos. Existe peligro de que los organismos nocivos sean transportados por el personal del laboratorio y, dentro del laboratorio, se vean arrastrados con las aguas residuales, los residuos y el aire de salida. En tales casos pueden resultar insuficientes las medidas de protección previstas y las zonas de descontaminación.

Cuando se trabaje con agentes biológicos nocivos para la salud y para el medio ambiente deberá preverse las instalación de esclusas físicas o químicas efectivas. Deberá disponerse, además, de equipos de protección adecuados tales como mandiles, guantes, gafas protectoras, mascarillas (especialmente cuando se trabaje con agentes esporulantes). Estas medidas resultarán efectivas si van unidas a la implantación y seguimiento de reglas de conducta. Entre ellas cabe mencionar la separación de los lugares donde se guarden las ropas de trabajo y profesionales, así como la utilización de elementos auxiliares de trabajo. De cara a la seguridad general en los laboratorios será necesario el establecimiento o delimitación de zonas o áreas especiales, así como la instalación de barreras físicas (puertas cerradas, ventanas, dispositivos de depuración del aire de salida).

3. Análisis y evaluación de impacto ambiental. Fuentes de referencia

El análisis y la evaluación del impacto ambiental se concentra en los procesos que se desarrollan dentro del laboratorio y en las repercusiones que éstos comportan para el entorno exterior. Dicha clasificación distingue entre

- efectos perjudiciales sobre procesos vitales (salud de las personas, animales y plantas) y
- modificación de la composición biológica en el entorno terrestre y acuático.

Para muchos de los productos químicos de laboratorio y organismos utilizados se dispone de clasificaciones de riesgos (véase Bibliografía). Los cambios se manifiestan en forma de acontecimientos aislados o accidentes y en forma de acontecimientos continuos. Por lo que respecta al cambio que se produce resulta importante el grado de reversibilidad de los procesos.

Para hacer una valoración de sustancias concretas las normas de relevancia ambiental incluidas en el volumen III ofrecen informaciones de utilidad. Por lo que respecta a las cargas en el lugar de trabajo se aplican en Alemania criterios tales como, p. ej. concentraciones máximas en el lugar de trabajo, concentración máxima de inmisiones, tolerancias a productos biológicos de trabajo y concentraciones técnicas orientativas. También pueden encontrarse otras indicaciones en el reglamento alemán de sustancias peligrosas publicado en 1988 así como en las correspondientes publicaciones de la Unión Europea (UE) y de la Organización Mundial de la Salud (OMS). También han de tomarse en consideración los informes publicados por la Agencia de Protección Ambiental y la Agencia de Salud y Seguridad en el Trabajo de Estados Unidos, dependiente del Instituto Nacional de Salud.

Con respecto a la seguridad en el trabajo tienen especial relevancia los aspectos siguientes:

- fiabilidad del centro que lo realiza así como del personal directivo y responsable,

- especialización del personal directivo y de los empleados encargados de la seguridad,

- control del cumplimiento de las obligaciones generales de actuación cuidadosa y de registro, así como de las relativas a la prevención de riesgos,

- garantía de las medidas de seguridad de acuerdo con el nivel de la ciencia y la técnica, excluyendo así, en gran medida, la posibilidad de riesgos,

- observancia de los Acuerdos Internacionales en lo que respecta a las prohibiciones de investigación y difusión de armas químicas y biológicas,

- observancia de las normas públicas generales de seguridad y medio ambiente del país correspondiente relativas al funcionamiento de instalaciones de laboratorios, así como las recomendaciones más amplias publicadas al respecto (comparación con las normas internacionales).


Indice - Precedente - Siguiente