2. Impacto ambiental y medidas de protección

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El listado que presentamos a continuación solamente intenta dar una visión general de los impactos ambientales más importantes que pueden darse en relación con proyectos turísticos.

- Medidas técnicas de ingeniería para establecer las instalaciones e infraestructura necesarias (drenajes, terraplenados, movimientos de tierra, construcción de diques, etc.).

- Erosión de la costa, incluyendo la erosión de las playas, destrucción de corales y arrecifes.

- Suministro de agua (peligro de que descienda el nivel de las aguas subterráneas).

- Contaminación del agua a través del vertido de aguas residuales no depuradas.

- Eliminación de desechos.

- Suministro de energía.

- Calidad del aire e impacto climático.

- Daños infligidos al paisaje debidos a la construcción de edificios inadecuados al entorno por su lugar de emplazamiento, por sus dimensiones, color o estilo arquitectónico.

- Repercusiones socioeconómicas, p. ej. sobre estructuras económicas regionales, sobre el mercado de trabajo y sobre el estilo de vida de la población afectada por el proyecto turístico.

- Conflictos entre formas de utilización, con el desplazamiento de formas de explotación tradicionales tales como, por ejemplo, la agricultura y la pesca.

- Dimensionamiento de las instalaciones en relación a las condiciones ambientales existentes, incluyendo las instalaciones turísticas que ya existan (peligro de sobreexplotación de los recursos naturales, p. ej. erosión del suelo).

Hemos de destacar de forma especial a este respecto que ciertos ecosistemas, tales como, p. ej. dunas, manglares, sabanas, reservas de animales, pueden verse afectados de las más variadas formas por estos problemas.

2.1 Suelo, relieve, geología

Una forma de agresión directa a la estructura del suelo la representa [la utilización o] el consumo de suelo que, según el dimensionamiento de las instalaciones, puede llegar a ser considerable. A ello se pueden ver ligadas repercusiones negativas para los derechos de otras formas de uso, p. ej. en la agricultura, la explotación de recursos forestales o hidrológicos, de la economía agrícola, la protección de la naturaleza y otras formas de aprovechamientos del suelo. Además pueden verse restringidas funciones ecológicas del suelo y, como consecuencia, verse perjudicadas otras formas de aprovechamiento, especialmente a causa del cerramiento o sellado de superficies por edificios, calles, etc.

Un problema grave y que acarrea numerosos problemas es el de la erosión de las costas. Los factores desencadenantes pueden ser proyectos y actividades turísticas en las playas, la eliminación de la protección natural de las costas y agresiones al equilibrio material de las playas.

Existe, además, el peligro de que se elimine la vegetación protectora de la costa, sustituyéndose en parte por plantas que no son propias de la zona y que ofrecen menor protección contra la erosión del suelo. Los procesos naturales de acumulación y sedimentación, así como la protección de las costas gracias a la presencia de arrecifes de corales pueden verse seriamente perjudicados por la extracción de arena de los sistemas fluviales o de las playas y por la utilización de cal de arrecifes como material para la construcción (ver 2.4).

Por ello, y con el fin de proteger suficientemente zonas sensibles de las costas, deberían conservarse o crearse zonas de protección amplias con vegetación adecuada para el lugar, libres de edificaciones de cualquier tipo. Ha de prohibirse la utilización de cal de arrecifes como material de construcción. También en las montañas se presentan efectos erosivos que han de atribuirse fundamentalmente a la deforestación y a la destrucción de la vegetación que cubre el suelo y que se ve aplastada por pisadas y por la acampada. Estos efectos se ven acentuados con la construcción de refugios y caminos. Con el fin de evitar el peligro de sobreutilización en las zonas de las cumbres, deberá actuarse con extrema prudencia a la hora de decidir la construcción de funiculares y otros medios auxiliares que faciliten el ascenso. La disminución de la superficie de bosque da lugar a que, cuando se producen precipitaciones o se derrite la nieve, se produzcan desprendimientos en las laderas y encenagamientos de los valles fluviales. Ha de tomarse en consideración al respecto que el crecimiento de la vegetación bajo unas condiciones climáticas extremas es muy lento.

A la compactación, y también a la erosión de los suelos puede contribuir, además, la construcción de caminos y su deficiente mantenimiento así como actividades tales como el senderismo, recorridos por el terreno con mountain bikes, motocicletas o coches. Un deficiente mantenimiento de los caminos dentro de los parques naturales puede provocar un ensanchamiento continuo de las huellas de paso y, con ello, la destrucción de la capa vegetal protectora.

Consecuencias similares tiene el hecho de que los turistas se salgan de las rutas y caminos establecidos con el fin de poder observar la flora y la fauna desde la menor distancia posible. Pueden encontrarse propuestas para una utilización apropiada de los parques nacionales en las Directrices para el desarrollo turístico de parques nacionales preparadas por el UICN (McNeely). En ellas se encuentran también apartados dedicados a la construcción de refugios, carreteras, etc. Las autoridades, y también los organizadores, deberían informar a los turistas acerca de formas de comportamiento acordes con el medio ambiente, elaborando eventualmente normas de conducta.

Las autoridades estatales deberían introducir, además, el cobro de tasas por la utilización de ecosistemas sensibles (p. ej. parques nacionales, rutas de trekking) con las que se financiarían medidas de conservación y mantenimiento.

Otro de los factores perjudiciales para el suelo es la contaminación producida por las basuras y materias fecales. Si bien éstas aumentan el contenido de nutrientes, pueden provocar también una acumulación de substancias tóxicas o nocivas.

Para evitarlo, los organismos responsables de los proyectos deberían ocuparse de hacer recoger la basura separando los distintos materiales y conducirla a lugares de reaprovechamiento. Los desechos orgánicos pueden utilizarse para compostaje. Aparte de ello es de gran importancia propocionar al personal y a los turistas información respecto al comportamiento acorde con el medio ambiente.

2.2 Recursos hídricos

Como agresiones a las reservas hidráulicas han de indicarse el consumo elevado de agua y el peligro para la calidad del agua a causa de su contaminación.

Mientras que el suministro de agua se encuentra normalmente garantizado en latitudes templadas ricas en precipitaciones, representa un problema considerable en algunos países tropicales y subtropicales, sobre todo en islas, regiones costeras y en zonas áridas con precipitaciones irregulares.

Un aspecto especialmente crítico del turismo es el masivo consumo de agua en temporadas, caracterizadas por su bajo nivel de precipitaciones, preferidas por los turistas, que desemboca en una escasez de los recursos hidrológicos disponibles. El consumo de un hotel puede oscilar entre los 350 y los 1200 litros/ día/huésped. Dicha amplitud de variaciones se explica por numerosos factores entre los que pueden citarse, p. ej. el lugar de emplazamiento, el equipamiento, la oferta de agua, la forma en la que se utiliza el agua y la reutilización de aguas residuales depuradas. Podemos partir de unas necesidades mínimas de 250 litros/día/huésped en un hotel de lujo. Por lo general ha de contarse con el hecho de que cuanto mayor es la aridez de una zona tanto mayor resulta la demanda de agua. A la hora de planificar nuevos proyectos turísticos deberá examinarse en todos los casos la cantidad y calidad de las reservas de agua disponibles, estableciendo una comparación con las necesidades mensuales previstas. Al hacerlo deberán tenerse también en cuenta las necesidades del personal y de la población autóctona, incluyendo inmigraciones previsibles.

Deberá comprobarse, además, la posibilidad de conexión a la red pública de suministro de agua y si la misma resultará suficiente. Al instalar pozos deberán tomarse en consideración las necesidades de aguas subterráneas de los vecinos y de la agricultura. Deberán protegerse las reservas fósiles de aguas subterráneas. Deberá comprobarse si se pueden montar instalaciones para desalinizar el agua del mar y obtener agua potable, aunque deberá tenerse en cuenta la elevada cantidad de energía que necesitan las mismas y la necesidad de sistemas de limpieza de dichas instalaciones.

El consumo de agua podrá reducirse al mínimo adoptando las medidas siguientes:

Tratamiento de aguas residuales y utilización de agua no potable para regar espacios exteriores; recolección y empleo del agua de lluvia; información al personal y a los turistas para que no desperdicien el agua; utilización de técnicas modernas para reducir el consumo de agua (p. ej. en los WC), etc.

Durante la planificación y ejecución de grandes complejos hoteleros y de bungalows deberá prestarse atención a las exigencias que plantea la protección de las aguas subterráneas. Deberá evitarse el cerramiento o sellado de grandes superficies de terreno.

Un problema potencialmente grave lo representa el ensuciamiento o contaminación de los ríos, lagos y aguas costeras a través de basuras o desechos, residuos petrolíferos y a través del vertido de aguas residuales no depuradas procedentes de instalaciones turísticas. La afluencia de substancias orgánicas e inorgánicas provoca, sobre todo en bahías y lagunas con poca renovación del agua, la disminución del oxígeno y la eutroficación. Procesos biológicos y físico-químicos pueden provocar acumulaciones de substancias tóxicas en los sedimentos, en los arrecifes de corales (ver también Capítulo 2.4) y en la fauna acuática.

Con el fin de reducir la contaminación por aguas residuales debería evitarse el uso de detergentes que contengan fosfatos, productos de limpieza que contengan cloro y otras substancias que contaminan el agua. Las aguas residuales de las instalaciones sanitarias y las procedentes de lavaderos y de cocinas deberían evacuarse por vía separada del agua de lluvia y someterse a un proceso mecánico de clarificación previa, depurándolas de forma total o parcialmente biológica según sean las condiciones del subsuelo y las cantidades de aguas residuales. Esto podrá realizarse con ayuda de microorganismos o en plantas depuradoras con tanques biológicos. Deberá prestarse especial atención a que las instalaciones de tratamiento se mantengan en condiciones técnicas adecuadas. Siempre que se consiga un grado de limpieza adecuado podrán utilizarse las aguas residuales tratadas para regar campos de golf y zonas verdes, aprovechándose como fertilizante el lodo producido (véase también, al respecto, el capítulo 12, Disposición de aguas residuales).

2.3 Clima, aire

La ejecución de proyectos turísticos puede causar perjuicios al microclima y al mesoclima. Los edificios, las zonas de aparcamiento y otras superficies afirmadas pueden provocar, de acuerdo con el grado de cerramiento (material y coloración), al calentamiento del entorno inmediato, lo cual puede dar lugar a una modificación de las corrientes o turbulencias en el aire.

Puede conseguirse una reducción de las temperaturas, y con ello un mejoramiento del microclima y del mesoclima, disponiendo abundantes plantaciones y utilizando losas o ladrillos con aberturas en forma de rejilla que permiten el paso de la hierba. Por principio deberá intentarse que el grado de cerramiento sea el menor posible.

También se pueden ver perturbados los sistemas de vientos locales (p. ej. sistema de movimientos de aire procedente de tierra - brisa marina, o sistema de movimientos del aire entre la montaña y los valles) por las dimensiones y la ubicación de los edificios. Así, por ejemplo, los edificios de muchos pisos y otros edificios grandes, colocados en posición transversal con respecto a la dirección del viento, pueden ser obstáculos que impidan o reduzcan de forma importante las corrientes de circulación de aire. Ello tiene su importancia especialmente en el caso de grandes aglomeraciones urbanas o de construcciones muy apiñadas en zonas costeras y valles.

En combinación con una gran afluencia de tráfico, esto puede dar lugar la falta de circulación de aire a una concentración de substancias contaminantes o perjudiciales. Por todas estas razones deberá prestarse atención, durante la fase de planificación, para que la construcción sea de poca altura y no aglomerada, permitiendo una circulación de aire suficiente; deberán mantenerse libres pasillos de aire fresco, plantando en ellos zonas verdes.

La calidad del aire se puede ver perjudicada por el transporte de turistas así como por las actividades de los turistas que se ven obligados a utilizar vehículos a motor o aviones, además de por los circuitos de motocross, carreras de lanchas motoras y exhibiciones aéreas. Estas actividades, así como el turismo dedicado a la visita de centros culturales y zonas naturales protegidas, va unida frecuentemente a una gran afluencia de tráfico, llegando incluso a producirse congestiones del mismo, generando las correspondientes emisiones de monóxido de nitrógeno, dióxidos de azufre, etc. Deberán tomarse las medidas adecuadas con el fin de regularlo, restringiendo los viajes individuales y mejorando los medios públicos de transporte. También se podrá reducir la afluencia de tráfico limitando el número de visitantes y los horarios de visitas.

2.4 Flora y fauna, ecosistemas

El primer impacto de carácter directo sobre las especies animales y vegetales lo constituye la eliminación o modificación de las existencias de vegetación, montando hoteles, bungalows, instalaciones deportivas, etc.

Según la amplitud y la gravedad de la intervención como consecuencia de las medidas de construcción se podrán ver animales y plantas raros, exterminados o en un elevado peligro de extinción, espacios vitales aislados y ecosistemas perturbados. Ello puede desencadenar repercusiones de enorme amplitud, p. ej. erosión, deterioro de la calidad del agua, ahuyentamiento de poblaciones animales, etc.

Es por ello por lo que, antes de ejecutar un proyecto, deberá realizarse un inventario de existencias, recogiendo con tiempo oportuno toda la información sobre biótopos significativos y proponiendo medidas con las que se puedan evitar o compensar las intervenciones. Se realizará una evaluación teniendo en cuenta su relevancia para la protección de especies y biótopos para otras funciones ecológicas. Habrá de evitarse la eliminación o la puesta en peligro de biótopos sensibles o que hayan de protegerse. Como solución alternativa deberán estudiarse otros emplazamientos de carácter menos sensible.

Dado el fuerte incremento que ha experimentado el turismo dirigido hacia las playas, se han visto especialmente afectados los ecosistemas marinos. Así, por ejemplo, se eliminan en las zonas costeras la vegetación de cañas o juncos, la vegetación típica de las playas que se encarga de afianzar los suelos y el bosque típico de zonas con dunas. Con frecuencia se procede al relleno de lagunas, reduciéndose de forma drástica los manglares, con el fin de levantar hoteles y utilizar la arena como material de construcción. Otros perjuicios son causados por los vertidos de aguas residuales y por los residuos de productos petrolíferos procedentes de embarcaciones de recreo. Los manglares cumplen, justamente, muy variadas funciones ecológicas, p. ej. constituyen el espacio vital para todo un mundo animal y vegetal muy rico en especies, protegen la costa, constituyen una zona de transición entre la zona de aguas saladas y la zona de agua dulce, favorecen los procesos de sedimentación, etc.

Una problemática similar se da en las zonas abiertas de la costa donde rompen las olas, y ello no sólo por la contaminación de las playas sino por los peligros que amenazan las colonias coralíferas. Un exceso de nitrógeno procedente de los desechos orgánicos y de las aguas residuales pueden fomentar el crecimiento de las algas de forma tal que lleguen a ahogar a los corales y a otros organismos marinos y se producen envenenamientos de colonias de corales y de otros sistemas ecológicos marinos a través de contaminaciones bacteriológicas y de substancias químicas y que contienen metales. La eliminación de los corales puede provocar un cambio de las corrientes costeras, acentuando la erosión de las playas.

La carga que han de soportar los ecosistemas a causa de los desechos y aguas residuales constituye uno de los puntos problemáticos fundamentales que plantea el establecimiento y funcionamiento de instalaciones turísticas. El diseño de un plan sobre la forma de evitar, evaluar y eliminar los desechos de forma acorde con el medio ambiente, y sobre la forma de depurar las aguas residuales, deberá constituir un elemento integrante en las planificaciones turísticas, debiendo ser la condición previa necesaria para la autorización de los correspondientes proyectos. No deberán ejecutarse proyectos que perjudiquen o pongan en peligro los corales y otros ecosistemas marinos.

Como medidas orientadas a reducir los desechos pueden tomarse en consideración:

- Utilización de productos biodegradables y no contaminantes, es decir, p. ej. no utilización de latas de bebidas, botellas no retornables o productos alimenticios empaquetados, evitando en lo posible los envases de plástico; utilización, en lugar de ello, de contenedores, botellas retornables, etc.,

- Aprovechamiento de los desechos orgánicos en una instalación de compostaje propia del hotel,

- Información a los turistas sobre formas ecológicas de comportamiento,

- Formación del personal.

Otro de los factores que ponen en peligro los corales consiste en el arranque de fragmentos coralíferos que realizan los bañistas o buceadores con el fin de utilizarlos como recuerdos o como adornos para acuarios. Los corales representan, como es bien sabido, un elemento importante dentro del ecosistema correspondiente.

La implementación de medidas de drenaje y extracción de aguas subterráneas puede acarrear efectos perjudiciales para biótopos que viven en espacios húmedos. Las consecuencias de ello son sequía en las superficies, la modificación de las condiciones naturales del lugar y, consiguientemente, de las especies existentes.

Es frecuente que las plantas sean dañadas por cargas de tipo mecánico como el aplastamiento por pisadas, paso de vehículos y acampadas (p. ej. por rutas de trekking en el Himalaya).

El ejercicio intenso de algunas modalidades de deportes acuáticos, que llegan a introducirse hasta zonas de aguas poco profundas o costeras, puede suponer una molestia para las aves que se desplazan en busca de alimento o que se encuentran anidando, y termina por ahuyentarlas. La constante agitación da lugar a que se reduzca la densidad de anidación y a que los animales hayan de huir hacia zonas sin perturbaciones. La presencia de personas y embarcaciones puede ahuyentar a las aves de paso que llegan a algunas zonas en busca de descanso y alimento.

No solamente el deporte acuático, sino también los deportes de motor (p. ej. motocross) pueden acarrear considerables perjuicios a la fauna. Entre tales perjuicios podemos mencionar: perturbación de las aves que anidan en el suelo, destrucción de nidos, destrucción de zonas de anidación en paredes escarpadas y ahuyentamiento de las aves y otras especies animales.

Las agresiones de este tipo se podrán reducir adoptando las medidas que indicamos a continuación, aunque deberá aclararse en cada caso concreto hasta qué punto puede establecer una responsabilidad común entre las autoridades y las organizaciones responsables del proyecto:

- cerrar y proteger zonas valiosas (zonas tabú),
- prohibir la recogida de corales y de otras especies animales y vegetales raras,
- fijar las rutas a seguir por los vehículos,
- limitar la cantidad de turistas y excursiones,
- informar a los turistas.

Con frecuencia se establecen parques nacionales con el fin de promocionar el turismo. Sin embargo, la afluencia excesiva de visitantes puede provocar perjuicios tales como, por ejemplo:

- fuerte perturbación y desasosiego de los animales (entre otros, leones y leopardos) debido al número excesivo de safaris fotográficos, a la excesiva aproximación de los vehículos y a los ruidos provocados,

- accidentes con animales por exceso de velocidad,

- modificación del comportamiento natural instintivo como consecuencia de recibir alimentos y tomar confianza con los turistas,

- perturbación durante las períodos de crianza,

- ahuyentamiento y desbandada de leones, búfalos y otros animales provocados por safaris realizados en globos aerostáticos (provocando stress),

- transmisión de enfermedades a través de las personas y los desechos,

- diezmado de especies a causa de incendios.

Con el fin de evitar toda esta serie de cargas o molestias deberá determinarse la capacidad de tolerancia del parque nacional correspondiente, estableciendo sobre dicha base un plan de manejo con vistas a su explotación.

2.5 Paisaje

El paisaje puede verse afectado perjudicialmente de forma directa por el establecimiento de instalaciones turísticas, y de forma indirecta por la construcción de instalaciones de infraestructura, carreteras, aeropuertos, urbanizaciones para viviendas o actividades industriales, etc. Habrá que establecer una distinción, al respecto, según que el emplazamiento proyectado se piense establecer directamente unido a centros de población ya existentes o a centros turísticos, o bien se piense establecer en espacios naturales prácticamente intactos y alejados de otros centros de población.

En zonas pobladas puede constituir una perturbación óptica la acumulación de complejos de edificios uniformes que no armonizan con el entorno ni por sus dimensiones, ni por los materiales utilizados, ni por su estilo, ni por su color. La consecuencia de ello será la modificación permanente de estructuras urbanísticas típicas de la zona y del aspecto del lugar.

Para impedir un desarrollo de este tipo deberán elaborarse planes maestros así como planes de utilización de los terrenos y de edificación que impidan la proliferación de construcciones diseminadas y, en general, si no se contase con disposiciones legales adecuadas, deberían tomarse como base, en tanto sea posible, reglas locales sobre construcción y planes de desarrollo urbanístico, o bien directrices de validez general sobre planificación urbanística. Además, será necesario establecer con claridad si se impondrán prohibiciones de construcción en zonas determinadas o si debe limitarse la edificación a través de la concesión de licencias. La condición necesaria para tener éxito es el control del cumplimiento de las especificaciones establecidas en la planificación.

Tratándose de zonas prácticamente vírgenes y alejadas de lugares poblados, el aspecto del paisaje puede verse ya perjudicado por construcciones aisladas si éstas no están integradas dentro del paisaje. Así, por ejemplo, la situación privilegiada en cimas y laderas de montañas puede hacer que la edificación se divise desde muy lejos. Los edificios de varios pisos y la utilización de materiales de construcción que no sean típicos del lugar transmitirán generalmente la impresión de hallarse ante la presencia de un cuerpo extraño dentro del paisaje.

Esto podrá impedirse haciendo que las construcciones se edifiquen de acuerdo con el estilo típico del lugar y utilizando materiales locales. Deberá consultarse a los arquitectos locales. Como una característica de configuración deberá intentarse, p. ej. que en zonas de costas tropicales, los edificios no sobrepasen la altura normal de las palmeras. Una abundante disposición de zonas verdes y la plantación de los alrededores con especies típicas del lugar contribuirán también a una integración dentro del paisaje. Esto último resulta igualmente aplicable a la configuración de instalaciones deportivas y de esparcimiento.

En la elección del lugar de emplazamiento habrá de tenerse en cuenta que no deberán eliminarse ni perjudicarse elementos significativos del paisaje o monumentos culturales. No deberá construirse en zonas protegidas o cualquier otro tipo de zonas sensibles. En los parques nacionales solamente deberían establecerse instalaciones turísticas en áreas aledañas a la zona protegida. Deberán tomarse igualmente medidas apropiaas que impidan urbanizaciones descontroladas dentro del paisaje, construyendo de forma dispersa.

En la construcción de caminos, carreteras, puentes, etc., deberán tomarse igualmente en consideración las propuestas anteriormente indicadas. Deberán evitarse cortes profundos del terreno, diques elevados y la división de los valles.

2.6 Efectos socioculturales y socioeconómicos, y su repercusiones sobre el medio ambiente

Las instalaciones turísticas y las actividades de esparcimiento pueden dar lugar a amplias repercusiones sobre las condiciones socioculturales y económicas, y, en consecuencia, sobre los medios ambientales. Entre los efectos socioculturales más importantes se pueden citar:

- Cambio de los valores tradicionales y de las formas de comportamiento de la población autóctona, al verse confrontados con el standard de vida de los turistas (efecto demostrativo); ello puede dar lugar, entre otros efectos, a resentimientos y agresiones a los turistas.

- Modificación del estilo de vida de grupo étnicos concretos al introducir la economía monetaria.

- Comercialización de fiestas y ceremonias tradicionales de los grupos autóctonos como atracción para los turistas. Ello puede dar lugar a que los nativos pierdan su dignidad y las festividades acaben por perder su sentido.

- Inobservancia y violación de tradiciones religiosas (tabúes).

- Acomodación de los jóvenes a modelos occidentales, lo que puede implicar una pérdida de identidad. Ello provoca formas de pensar mucho más orientadas hacia el consumo y puede dar lugar a la criminalidad y la violencia.

- Aparición del abuso del alcohol y de las drogas así como de la prostitución, unido a considerables peligros para la salud de mujeres, niños y hombres (p. ej. sida).

Las estructuras socioeconómicas pueden modificarse en el entorno inmediato de los proyectos turísticos, e incluso - dependiendo de la zona de influencia de éste - en toda una región. Esto ocurre ya en parte durante la fase de planificación, durante la construcción de carreteras de acceso, puertos, aeropuertos, etc., acentuándose durante el período de ejecución del proyecto y durante la fase de funcionamiento del mismo. Los efectos más importantes son:

- Afluencia de personas, con los consiguientes fenómenos de concentración espacial y ampliación (no planificada) de centros urbanos, lo que puede incrementar algunos de los efectos negativos para el medio ambiente ya mencionados.

- Afluencia de comerciantes, fabricantes y personas en busca de trabajo, que no sólo constituirán competidores para la población autóctona, sino que acentuarán los desequilibrios regionales y desencadenarán nuevas migraciones.

- Eliminación de zonas protegidas en las que se realizarán a veces desplazamientos forzosos, alejando a los nativos de sus zonas de caza.

- Limitación de la actividad tradicional de la pesca por la presencia de playas privadas y por la explotación preferentemente turística de las playas.

- Pérdida de superficies de gran valor para cultivos agrícolas especiales (fruta, verduras) a causa de la construcción de complejos hoteleros, instalaciones deportivas y viviendas del personal empleado, así como a causa del fuerte descenso de las aguas subterráneas y de la salinización. Ello provocará el abandono de las actividades agrícolas y el paso al sector de los servicios. Además se verá restringida la venta de los correspondientes productos a los nativos y a los turistas.

- Escasez de suelo, acentuada por el turismo, que eleva considerablemente los precios del mismo.

- Subida del nivel general de los precios, p. ej. en los productos de primera necesidad, a causa de la demanda turística.

- Incremento de la importación de combustibles para cubrir las necesidades de energía provocadas por el turismo, también, p. ej. para instalaciones de aire acondicionado. Ello incrementará los costos generales de la energía.

- Saturación de los servicios de salud existentes.

En realidad resulta imposible evitar los efectos de tipo sociocultural y socioeconómico, aunque deberá atenuarse su impacto en cuanto sea posible. A ello pueden contribuir, entre otras, las medidas que señalamos a continuación y que exigen la colaboración entre los responsables de los proyectos y las autoridades:

- Participación de la población afectada en el proceso de planificación y en su ejecución;
- Prestaciones compensatorias por parte de los que ejecuten los proyectos;
- Toma en consideración de las formas de vida y de las tradiciones de la población autóctona;
- Adopción de medidas de formación y perfeccionamiento del personal;
- Información a los turistas.

Aparte de ello pueden establecerse algunas regulaciones como, p. ej.:

- Medidas/leyes que limiten y controlen el abuso de alcohol y drogas, la prostitución y la corrupción;

- Promoción económica de otras regiones con el fin de reducir las nuevas migraciones;

- Medidas infraestructurales de acuerdo con programas nacionales de promoción y de ayuda al desarrollo.

El impacto ambiental deriva tanto de los proyectos turísticos en sí, como de los cambios estructurales socioeconómicos desencadenados por ellos. Los primeros se relacionan, además de con otros elementos, con el necesario equipamiento en infraestructuras y los sistemas necesarios de suministro y recogida. Así, por ejemplo, resulta frecuentemente necesario el construir carreteras, aeropuertos y puertos marinos para el transporte de los turistas, ocupándose enormes extensiones de superficie.

La demanda turística de productos alimenticios puede provocar en zonas costeras una actividad pesquera excesiva (disminución de determinadas especies de peces, perturbación del equilibrio ecológico) y la utilización de métodos de pesca contrarios al medio ambiente (p. ej. pesca con dinamita). En las zonas de montaña puede dar lugar a pastoreo excesivo del ganado y, con ello, a la erosión del suelo.

Las afluencias grandes pueden provocar serios problemas a los sistemas de suministro y recogida o eliminación, incrementando las cargas soportadas por todos los medios ambientales. Puede hacerse necesario la construir de presas y centrales para el suministro de energía, induciendo con ello nuevas agresiones al medio ambiente.

No conviene despreciar el efecto de construcciones incontroladas realizadas por los recién llegados en las proximidades de los parques naturales y de otras zonas turísticamente relevantes, dando lugar a un deterioro del paisaje y provocando, en determinados casos, una devaluación de zonas del paisaje en otro tiempo atractivas.


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